jueves, 31 de julio de 2014

Un Programa para la toma del poder por el pueblo

Jorge Alcázar González
Frente Cívico Somos Mayoría / Colectivo Prometeo


En 1938, León Trotsky escribe “El programa de Transición”, documento que servirá de guía para cimentar los preceptos sobre los cuales ha de asentarse la Cuarta Internacional Socialista. Hoy, casi 80 años después, la vigencia de las palabras del gigante ruso asombra por su clarividencia y actualidad; y estas, pueden servir de guía para los retos presentes y futuros que se plantean a la clase trabajadora.

Para Trotsky, se hacía necesaria la construcción de un programa alternativo a los dos planteamientos que la socialdemocracia clásica había confeccionado: el programa de mínimos y el programa de máximos. El primero se “limitaba a reformas en el marco de la sociedad burguesa”, mientras que el segundo “prometía la sustitución del capitalismo por el socialismo en un futuro indeterminado”. Durante las últimas décadas, el ala izquierda de la política española y por ampliación europea, ha prescindido totalmente del segundo de los programas, anclándose en la defensa de los postulados del primero e, incluso, renunciando a éstos, como el caso de la socialdemocracia europea moderna ha venido a mostrar. Muchos han sido los ejemplos que desde tiempo ha han enseñado como las fuerzas políticas llamadas a ser la vanguardia de la clase trabajadora hicieron dejación de funciones y sometieron su política y compromiso a una clase capitalista que, de una forma u otra, vencía implacablemente los clásicos planteamientos de la izquierda. El abandono en septiembre de 1979 de las tesis marxistas por parte del PSOE, liderado por Felipe González; la corriente del eurocomunismo que asoló a gran parte de los partidos comunistas de la Europa occidental, incluido España con Carrillo a la cabeza; o la disolución en 1991 del PCI, tras la caída del muro de Berlín, son algunos de los ejemplos que la historia reciente nos brinda y que vienen a testimoniar la tendente inclinación en momentos decisivos y convulsos de los líderes de la vanguardia de la clase trabajadora. Incluso dentro de las corrientes actuales y de los partidos políticos situados en una posición relativamente más cercana a la izquierda, el vértigo revolucionario de los cuadros dirigentes es manifiesto y patente, como enseñan las controversias surgidas en diferentes escenarios propiciados por acuerdos de gobierno con la socialdemocracia o con la derecha (véase los pactos de gobierno en Andalucía o en Extremadura). En este punto, conviene señalar que las causas del vértigo anteriormente aludido son variadas, pero comparten una razón común: la falta de fortaleza teórica y rigor práctico de los cuadros. No es objeto de este escrito describir con detalle las anteriores, pero se hace necesario una reflexión al respecto, pues el quehacer de los líderes de la izquierda tradicional ha propiciado, entre otros males, la desorientación y falta de formación de la clase trabajadora. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que aquellas fuerzas dentro de la izquierda europea que ejercían con vocación de gobierno, renunciaron al “programa máximo” e incluso minimizaron el mínimo,  pues, citando a Trotsky “…la socialdemocracia no necesita tal puente, ya que la palabra socialismo le sirve sólo para las arengas domingueras”.

Los acontecimientos surgidos en los últimos años hacen más necesario que nunca una revisión de las formas políticas, teóricas y prácticas, con las que la vanguardia de la clase trabajadora, entendida ésta como estructura organizativa de lucha, debe afrontar los retos del presente y del futuro. Día a día, escenario a escenario, estado a estado, el capitalismo y el hijo nacido de éste, el neoliberalismo, destruye derechos y libertades, asola sociedades, derrocha recursos, empobrece a la multitud y enriquece al rico. Como una bestia que se quiere cobrar su recompensa, en el breve lapso de tiempo de apenas dos décadas, la faz de los países europeos ha sido transformada dando lugar a una masa ingente de desempleados crónicos, desigualdades extremas, desaparición de derechos laborales y sindicales, etc.,  a la par que la maquinaria diseñada por el capital es alimentada cada vez más vorazmente con las carnes y los huesos de la clase trabajadora. Citando de nuevo a Trotsky, “la burguesía retoma cada vez con la mano derecha el doble de lo que ha dado con la izquierda (impuestos, derechos aduaneros, inflación, deflación, carestía de la vida, paro, reglamentación política de las huelgas, etc.)”

Para el revolucionario ruso, la solución al problema pasaba por la implantación de un programa de transición. Un puente entre el programa de mínimos y el de máximos que, defendiendo infatigablemente los derechos democráticos y las conquistas sociales, plantease un sistema de reivindicaciones transitorias, cuya esencia se encierra en el hecho de que se orientarán cada vez más abierta y decisivamente contra las bases mismas del régimen capitalista.

Desde el contexto histórico que nos contempla, la lectura anterior es perfectamente aplicable y vigente. La alternativa política que hoy la izquierda debe diseñar ha de pasar por la construcción de un programa de transición cuya tarea consista en la movilización sistemática de la ciudadanía que derive en la conquista del poder por la clase trabajadora. ¿Y cuáles son los ejes motrices de esta movilización ciudadana? A diferencia de entonces, los postulados de partida de la clase trabajadora hoy tienen una dimensión teórica mucho más tangible que entonces. Nuestras leyes, a base del continuo vaivén de las fuerzas dinámicas que mueven las palancas de la historia, facilitan el camino de la movilización de las masas. La Constitución Española (al igual que la inmensa mayoría de constituciones europeas) y la DDHH salvaguardan y protegen, en el contexto del papel, derechos y reivindicaciones otrora revolucionarios. Éstas han de ser entendidas no como un estadio  final, si no como una herramienta estratégica de lucha hacia el objetivo final. El derecho al empleo, a la vivienda, a la Sanidad y la Educación, a la libertad de asociación e incluso a la rebelión, son palancas de cambio que han de funcionar bajo el paraguas del nuevo Programa de Transición que la vanguardia política de la clase trabajadora debe hacer funcionar. Este programa ha sido ya puesto en práctica en fase experimental y de forma conjunta por todos aquellos movimientos que formaron las Marchas de la Dignidad 22 M. Nuestra tarea consiste hoy en trasladar a la ciudadanía que esos mismos derechos incluidos en las cartas magnas, son violados sistemáticamente porque el propio sistema capitalista es incapaz de asumirlos. Es nuestro deber, obligación y camino mostrar a las sociedades europeas la confrontación directa, en términos dialécticos, existente entre lo que ha venido a llamarse Constitución “formal” y Constitución “material”. Nuestras exigencias, contempladas y adoptadas en su día de común acuerdo con las clases privilegiadas, son las propias contradicciones del sistema en que vivimos. Serán los elementos estratégicos que permitan la conquista de dos escenarios materiales y en orden temporal -la confluencia de las vanguardias sociales y políticas y la mayoría social y ciudadana-, y que posibilitarán, en última instancia, el objetivo final: la conquista del poder por el pueblo.

El Programa de Transición debe rotar sobre los siguientes argumentos:

1.- Empleo y condiciones decentes de vida para todos. Guerra sin cuartel a las clases privilegiadas que, en connivencia con sus agentes políticos (reformistas, democristianos y socialdemócratas) y a través de políticas neoliberales, intentan hacer caer sobre las espaldas de la clase trabajadora todo el peso de las crisis, el militarismo, la desorganización del sistema monetario y todos los demás males derivados del sistema capitalista. Retomando a Trotsky, “… el derecho al empleo es el único derecho serio dejado a los trabajadores en una sociedad basada en la explotación”. Hay que renunciar tajantemente a las políticas de subvención, subsidio y perpetuación de la pobreza en forma de prestaciones asistenciales por desempleo. Hemos de levantar contra el desempleo, tanto estructural como coyuntural, junto con la consigna de empleos públicos, la de la reducción de la jornada laboral. Hoy más que nunca, las clases privilegiadas aumentan bochornosamente sus riquezas. Cada vez, los productos de lujo y superlujo llenan de oprobio nuestras vidas, colisionando frontalmente con las necesidades al mismo tiempo más perentorias y dramáticas de millones de seres humanos. Exigimos empleo, decencia y dignidad. Los pequeños propietarios son arrastrados cada vez a mayor ritmo al saco de la pobreza, constituyéndose en clase oprimida, al igual que el resto de asalariados, y todo ello propiciado por un modelo económico que genera una dependencia casi esclavista de los primeros para con los grandes grupos empresariales y financieros. Hemos se enseñar y mostrar el futuro de estas clases medias y su condición de clase trabajadora. La cuestión no está en una colisión “normal” entre intereses opuestos; la cuestión está en preservar a la clase trabajadora del deterioro, la desmoralización y la ruina. Se trata de una cuestión de vida o muerte para la única clase creadora y progresiva, y, por ello, garante del futuro de la humanidad. Alegarán las clases poseedoras, a través de sus economistas, abogados, periodistas y políticos profesionales lo irrealizable de estas medidas, mas lo “realizable” o “irrealizable” es, en este caso, una cuestión de relación de fuerzas que sólo la lucha puede resolver. Nuestras reivindicaciones deben incidir sobre la desaparición radical de esas bolsas de desempleo crónicas asentadas en las sociedades europeas (14 % en España, 20 % en Grecia o más del 5 % de la media europea, en términos de población activa) que han consolidado una red de pobreza crónica que irá más allá de las generaciones presentes. De igual forma, nuestra lucha sin tregua contra la nueva forma de empleo que se impone a los trabajadores europeos en forma de lo que la oficialidad ha venido a llamar subempleo, y que no es más que una consecuencia lógica e inmediata de las políticas laborales en materia regulatoria. En el otro lado, el aumento en más de un 15 % de la riqueza de los grandes patrimonios españoles, o el aumento exponencial, en términos netos, de las grandes fortunas mundiales.

2.- Educación, Sanidad y Servicios Sociales. En su afán por capitalizar derechos y ante la impasibilidad de las sociedades europeas, las viejas clases privilegiadas han lanzado una ofensiva sin precedentes contra las conquistas sociales de otros tiempos. Hoy, conscientes de que la correlación de fuerzas ha cambiado, se apresuran en recuperar lo que entienden suyo. Los servicios públicos de salud o educación van siendo cercenados progresivamente, llegándose al extremo de que en muchos lugares de Europa, prácticamente son inexistentes. Las vanguardias trabajadoras creadas alrededor de las demandas en este sentido deben, en el período inmediato, consolidarse como instrumento de lucha. Las mareas ciudadanas en todas sus variantes hoy son el embrión de los consejos populares en los que la clase trabajadora construya la lucha del mañana, y deben aspirar a la materialización de la organización de los trabajadores. Por ello, el papel de las fuerzas políticas de la izquierda real siempre debe jugar del lado de estas reivindicaciones y acciones. Los partidos que hoy aspiren a construir y tomar el poder popular deben, innegociablemente, hacer una lucha real y honesta en este sentido.

3.- Contra la corrupción. A la par que la correlación de fuerzas va cambiando, las clases privilegiadas se sirven de este hecho para hundir sus tentáculos en todos los órganos e instituciones de control. Es en ese momento cuando se hace manifiesto que las leyes y normas que han servido en un momento determinado, dejan de funcionar, en primera instancia de forma velada, para posteriormente hacerlo a pecho descubierto. La corrupción es una condición necesaria del capitalismo, pues los principios de legalidad vigentes en un contexto artificial de entente entre clases sólo tienen rango de aplicación y validez en la medida en que éstos pueden ser defendidos. Cuando el propio estado a través de sus mecanismos oficiales y en aras de los intereses de las clases dominantes moldea leyes, destruye derechos e impone restricciones a una mayoría, aquellos que se encuentran en el otro lado de la plaza comienzan a jugar su particular juego. En éste todo vale, pues los mecanismos del Estado están a su favor. Leyes, tribunales, medios de comunicación, forman parte de un todo cuya única directriz obedece a la de preservar los privilegios de una clase decadente y mezquina. Mas si la correlación de fuerzas no varía, los niveles de corrupción van en aumento, corriendo el riesgo de que las propias clases sociales fuera de los privilegiados tiendan a resignarse e interiorizar esta misma corrupción como un mal necesario. Es en ese sentido que las fuerzas dominantes intentan imbuir el estado de ánimo necesario en la población para que esta amanse sus ansías de justicia y aparque la reivindicación y la lucha por lo justo y necesario para ella como clase. De aquí vienen los mensajes de nuestros gobernantes sobre el fraude fiscal o el incumplimiento de normas constitucionales. Ante una imposibilidad material, según ellos, es necesario e incluso conveniente mirar hacia otro lado mientras las tropelías, corruptelas e ilegalidades tienen lugar. Por el contrario, al pueblo llano se le exige un nivel cada vez mayor de cinismo, pues a la par que bebe de aquellas aguas fecales, es castigado arbitraria y desproporcionadamente cuando lucha por sus derechos.

4.- Las Marchas de la Dignidad 22M y las Mareas Ciudadanas. La sola presencia de un o unos partidos políticos que luchen por el cambio no es suficiente hoy día para que éste sea plausible. Se necesitan unos agentes externos pero relacionados con éstos cuya labor primordial es la de construir la organización y la lucha ciudadana. Un partido político o una coalición de éstos que llegue al poder para compartirlo con el pueblo debe estar aupado por éste. Pero para ello, debe existir un período previo en el cual se construyan los espacios de decisión popular. Es necesario crear organizaciones ad hoc que abarquen a la ciudadanía en lucha en su conjunto y que finalmente deriven en consejos populares. Hoy, el camino iniciado por las diferentes mareas ha señalado la dirección a seguir. En un nuevo impulso, el movimiento surgido en torno a las Marchas de la Dignidad es un intento real de consolidar estos órganos de asociación, organización y lucha. A la par que los partidos políticos revolucionarios deben alcanzar su madurez como fuerzas de cambio, la confección y consolidación de estos espacios ciudadanos es tarea primordial para la madurez del sujeto político que aúpe a las fuerzas políticas necesarias al poder.

5.- Las experiencias de autogestión. Como elementos de lucha, las experiencias de autogestión no sólo deben apoyarse, si no que deben ser propiciadas por los agentes políticos de cambio. El control de la gestión por colectivos ciudadanos, la capacidad de consenso, decisión y acción conjunta por partes de capas de la sociedad inmovilizadas y resignadas, debe suponer una conquista fundamental para el logro de nuestro objetivos. Experiencias como el Rey Heredia, La Corrala Utopía, el barrio de Gamonal, o muchos más que en los últimos tiempos han tenido lugar en España, no deben parecernos elementos aislados o espontáneos de lucha. Se debe diseñar en este sentido una estrategia y planificación para llevar a barrios y ciudades lugares en los que la autogestión acerque el pueblo al pueblo, estrechando lazos de fraternidad y compromiso de clase.

6.- Expropiación de empresas estratégicas. Nuestro programa debe pasar ineludiblemente por la expropiación forzosa de todas aquellas ramas industriales estratégicas que hoy sirven como herramienta de enriquecimiento de unos pocos y empobrecimiento de la mayoría social. Telecomunicaciones, Transportes, Alimentación o Energía son sectores cuyo control ha de volver al pueblo. Ahora bien, la nacionalización así entendida, no debe caer en trampas tales como indemnizaciones o cantos de sirena lanzados desde los soportes políticos y mediáticos de las clases privilegiadas. Sencillamente, reclamamos lo que es nuestro y es necesario para nuestra supervivencia como clase trabajadora, y que ha sido hurtado a través de privatizaciones sistemáticas en condiciones ventajosas para los privilegiados y sus secuaces.

7.- Expropiación de la banca privada y estatización del sistema de créditos. Los bancos concentran en sus manos el dominio real de la economía. Sin ésta, los derechos, las leyes e incluso las dignidades son papel mojado. En su estructura, los bancos expresan de forma concentrada la estructura completa del capital moderno: combinan tendencias de monopolio con tendencias de anarquía. Organizan los milagros tecnológicos, empresas gigantes, trusts poderosos; y organizan también las crisis y el desempleo. Sólo la expropiación de la banca privada y la concentración de todo el sistema de crédito en manos del Estado proporcionará a este último los medios necesarios reales, es decir, materiales, para la planificación económica. Mas la expropiación de los bancos no implicará en modo alguno la expropiación de las cuentas bancarias. Sólo así el estado podrá configurar una red de créditos en condiciones ventajosas para el pequeño comercio y las pequeñas empresas y, en definitiva, unas mejores condiciones materiales para el desarrollo de la clase trabajadora.

La participación estricta en este programa debe ser de obligado cumplimiento para todas aquellas fuerzas políticas, del lado de la clase trabajadora, que pretendan liderar el cambio de rumbo que nuestras sociedades reclaman. La posesión de una visión clara, casi ascética del mismo, una convicción férrea en aquello que perseguimos; elementos éstos que no propicien concesiones al enemigo; es ahí donde hoy reside nuestra fuerza. Se ha de alertar de la flaqueza ideológica de los cuadros dirigentes de los partidos que trabajen por el cambio de sociedad. Por unos intereses u otros, estas vanguardias pueden, como la historia ha demostrado, plegarse al poder de las clases privilegiadas, haciendo un daño irreparable a los intereses de la clase trabajadora. Por ello, la militancia debe hacer una vigilancia estrecha de las decisiones y acuerdos de estos cuadros, a fin de corregir las posibles y probables desviaciones derivadas del comportamiento de unas élites cuya talla no siempre estará en consonancia con los acontecimientos históricos.

Nuestra decisión y vocación es férrea. Nuestro objetivo: conquistar el poder popular.

miércoles, 30 de julio de 2014

El Frente Cívico hace un llamamiento a la confluencia política y social en todo el Estado

Público

La nueva Mesa Estatal del Frente Cívico hace suya la propuesta de Anguita para crear la respuesta organizada al poder representado por el PP.

El colectivo civil llama a los movimientos sociales y partidos políticos a trabajar en torno a la elaboración de un programa ciudadano.

 

El Frente Cívico “Somos Mayoría” (FCSM), asociación fundada por Julio Anguita, a través del acuerdo publicado este jueves en su página web, ha realizado un llamamiento a los partidos políticos, los colectivos sociales y al conjunto de la ciudadanía para generar las condiciones que hagan posible un espacio de confluencia entre partidos y organizaciones sociales que se convierta en “contrapoder” frente a las políticas de desposesión que sufre la sociedad española.

En este documento, la asociación ha recordado cómo hace un año, tras su Asamblea Constituyente, la Mesa Estatal, órgano ejecutivo del FCSM, puso en marcha, junto a otros colectivos, las Marchas de la Dignidad “ante la necesidad de unir al conjunto de personas y de organizaciones en una agenda de movilizaciones que dieran respuesta a las agresiones del poder por la aplicación de las políticas de la troika”. En la actualidad, la nueva Mesa Estatal recién elegida cree que, a propuesta de Julio Anguita, ha llegado el “momento, por la grave situación que vive el país, de que en cada localidad, con sus dinámicas y características, se lance una iniciativa que dé el poder a los ciudadanos”.

En este sentido Ginés Fernández, portavoz estatal del Frente Cívico, ha manifestado que “esta respuesta debe darse construyéndola desde los cimientos, es decir, desde el programa, desde las propuestas que solucionen los problemas de la mayoría social y que a la vez construya un nuevo escenario político y social en nuestro país”. Para Fernández, “esto evitaría debates sobre siglas y personalismos, yendo cada cual con su identidad a la construcción del programa ciudadano o de confluencia. Después, una vez conseguida esta unidad, resultará más fácil la búsqueda de la convergencia electoral”, aseguró.

Confluencia en el programa y no en las candidaturas
Para el colectivo civil, “con el poder hay que buscar la confrontación en torno al programa, en torno a la propuesta concreta sobre las que solucionar los problemas de esa inmensa mayoría social que sufre los efectos de las políticas criminales de la troika, buscando ampliar esa mayoría que quiere que esto cambie y que los que han ejercido el latrocinio paguen por sus desmanes”.

Según el FCSM, el trabajo en un programa que “aporte soluciones y donde los ciudadanos sean lo primero” debe ser prioritario, por encima de las habituales negociaciones sobre listas y candidatos. De esta forma, según la asociación, se facilitaría que la confluencia sea un proceso de unidad real y desde abajo. Por ello, el colectivo ha realizado un llamamiento a la unidad de acción y elaboración, sin descartar que de forma natural pueda sobrevenir una unidad electoral que no rechaza, pero de la que no participará.

El propio Julio Anguita explicó en una rueda de prensa tras la reunión de la Mesa Estatal del pasado 19 de julio que “la gente ha empezado a entender que esta situación de crisis no tiene salida únicamente votando y, por eso, es necesario que desde abajo se organice un contrapoder con un elemento de soldadura: un programa”. Así, el FCSM ha anunciado que el proceso no terminará en las elecciones, sino que se trata de una nueva manera de entender la relación entre los gobiernos y los ciudadanos.

En palabras de Ginés Fernández, “este proceso que proponemos contiene la implicación de la sociedad, organizada individualmente o a través de sus colectivos, en la elaboración del programa, así como en el control y seguimiento de su ejecución, rompiendo el cliché de votar cada cuatro años y delegar en las personas electas”. Por último, Fernández ha señalado que “está en nuestra permanente voluntad la de unir a los demás sin ningún protagonismo para la construcción de un contrapoder”. Para ello, han animado a los Frentes Cívicos de todas las ciudades para trabajar en la misma línea, al tiempo que se dirijan a partidos y colectivos a nivel estatal para dialogar sobre la propuesta.

martes, 29 de julio de 2014

Acuerdo de la Mesa Estatal, a propuesta de Julio Anguita, para la confluencia social y política en un programa ciudadano.




Acuerdo de la Mesa Estatal, a propuesta de Julio Anguita, para la confluencia social y política en un programa ciudadano.
 
1.      Los datos de la realidad más inmediata: crisis, bipartidismo, segunda restauración borbónica, elecciones europeas, medidas previstas y anunciadas por el Gobierno, corrupción generalizada, etc. no hacen otra cosa que poner de actualidad la necesidad de crear un contrapoder basado en la inmensa mayoría de la ciudadanía. En consecuencia, lo que nos incitó a nacer como Frente Cívico sigue siendo de permanente actualidad.

2.      Las elecciones europeas con la importante crecida en unos casos y en otros de irrupciones meteóricas de fuerzas políticas de la izquierda, junto con la aparición de nuevas siglas, también de izquierdas, nos plantea un panorama increíble hace sólo unos meses: la suma de votos de estas opciones, junto con la fuerza de arrastre que pueda crearse, hacen de este conglomerado una estratégica  opción electoral. Esta realidad nos resitúa en nuestros análisis y propuestas.

3.    Nos apresuramos a reiterar que seguimos optando por un FCSM totalmente desvinculado, como tal, de opciones electorales y sus mecanismos de desarrollo y despliegue.

4.    Pero es aquí, en esta coyuntura donde debemos intensificar el desarrollo de nuestro proyecto. ¿Cómo?

a)    Diversificando nuestro trabajo en dos frentes distintos; el Bloque de Izquierdas (BI) y la mayoría ciudadana que no se reconoce en el citado BI.
b)   Una diversificación que es más aparente que real, puesto que nuestra acción debe conducir a que ambas manifestaciones de voluntades para el cambio confluyan, en su momento, en una opción que sea la creación del contrapoder buscado.
c)    El problema, más aparente que real, estriba en qué clase de trabajos podemos hacer para simultanear ambas líneas de proyección. Y es aquí donde la cuestión del programa y la manera de elaborarlo, cobra su carácter de esencialidad imprescindible. El programa une, concreta, moviliza, educa, impulsa, quita recelos apriorísticos y sitúa las diferencias en unos terrenos menos proclives a posiciones declamatorias. Un programa que, basado en unos puntos básicos, concrete la base del proceso de construcción de una nueva realidad social. 
d)   Nosotros, por definición y práctica consecuente, no tenemos otra línea de acción que luchar incesantemente por la unidad en el programa, en el discurso y en los valores inherentes a ello. Y ello nos lleva a dos escenarios de trabajo: el del BI y el de la mayoría sin identificación con el mismo.
e)    La construcción de un programa ciudadano, debe llevar aparejada la voluntad de permanente participación de la mayoría social, tanto en la elaboración, defensa, seguimiento, control y aplicación, rompiendo con el cliché de votar cada cuatro años y delegar en los electos/as.
f)     Nosotros, como Frente Cívico, no debemos ser parte de una coalición o programa que se intitule de izquierdas, y ello aunque muchos de nosotras y nosotros lo seamos. En ese sentido debemos apoyar las líneas programáticas desvinculándonos del calificativo. El FC pretende ser un mecanismo de enlace, de unión para la consecución del objetivo: la confluencia social y política en el programa.
g)    Más, por otra parte, debemos trabajar incesantemente por la unidad con todos los que sitúan a la izquierda del PSOE con el objetivo de conseguir su unidad en el programa, en la acción y en el discurso político coyuntural inherente a todo ello. Donde quiera que militemos (fuerza política, sindicato, colectivo, etc.) debemos ser incansables en esa línea de unidad.
h)   Sin menoscabo de lo anterior, debemos centrar el esfuerzo en torno al 22 M y todo aquello que sintonice con ese estado de opinión, protesta y vocación de alternativa. E igualmente en aquellas acciones regionales, de nacionalidad, provinciales o locales que estimulen la unidad y el encuentro para formar mayoría.

El Frente Cívico “Somos Mayoría”, considera pertinente realizar un llamamiento a organizaciones y colectivos a fin de ir hacia la unidad en la mayoría, que concretándose inicialmente en unos puntos básicos, pueda crear las bases para la construcción de una alternativa electoral al actual sistema de poder político.

El FC se dirigirá a los actores sociales y políticos en la idea de la celebración de un encuentro para explorar la concreción de la propuesta, para mediados de septiembre. Para todo este proceso, el FCSM pone a disposición de la sociedad su programa de 16 puntos. Que se puede consultar en el siguiente enlace: http://www.frentecivicosomosmayoria.es/programa-base-del-frente-civico-somos-mayoria/ 

Córdoba, 19 de julio de 2014. 

Este documento puede descargarse aquí.

Asamblea del FCSM Málaga viernes 1 de agosto a las 19.00h en el Centro Ciudadano del Parque Mediterráneo


Os convocamos a la próxima Asamblea del FCSM de Málaga que tendrá lugar el viernes día 1 de agosto 8 a las 19.00h en el Centro Ciudadano del Parque Mediterráneo- Calle Francisco Jimenez Lomas nº 9 - Distrito Crta. de Cádiz.

Trataremos todos los planes de trabajo que tenemos pendientes:
1º Propuesta de foro social presentada por Juan Fernández.
2º Trabajos en la plataforma malaguena por la  renta básica.
3º Trabajos en la asamblea de parados.
4º Trabajos en el Movimiento Dignidad 22M.
5º Trabajos en Ganemos Málaga.
6º Preguntas y sugerencias.

https://www.facebook.com/events/665536726869139/

lunes, 28 de julio de 2014

Video del Acto de presentación de Ganemos Malaga

Entrevista a Ramiro Pinto, en huelga de hambre


 Nos encontramos con Ramiro Pinto, un leonés que ha iniciado una huelga de hambre. ¿Cuánto tiempo lleva en huelga de hambre? ¿Cómo se encuentra?

Ramiro Pinto: Hoy 9 días. Me encuentro con muchos ánimos pero cansado. El síntoma que más noto es el cansancio.

FCSM:  Se trata de una decisión drástica. ¿Cuáles son los motivos que le llevaron a tomarla?

RP: Vivir una situación injusta en cuanto a la aplicación de la ley.  La ley misma se aparta de lo que es el concepto de la justicia y entonces decidí que había que dar una respuesta, pero que transcendiera la cuestión personal, que se me ofreció solucionar para acallar el tema.

FCSM: Y ¿cuáles son los objetivos que espera conseguir a través de su huelga de hambre?

RP: A través de los apoyos conseguidos y de la movilización unitaria de todos los colectivos sociales, partidos fuera del ámbito gubernamental y sindicatos, lograr una ley que haga que todos los desempleados, cuando pierdan el subsidio de desempleo, tengan derecho a una prestación sobre el umbral de la pobreza e incondicional. La burocracia, en vez de resolver los problemas de la ciudadanía, se ha convertido en un problema; y el coste de la misma para controlar a los desempleados sería casi equivalente a lo necesario para dicha prestación.

FCSM: En las condiciones en las que se encuentra una gran parte de la ciudadanía y los trabajadores de este país, está debería ser una noticia destacada. ¿Está obteniendo cobertura por parte de los medios de comunicación o una persona en huelga de hambre “no es noticia” en este país?

RP: Es noticia en la prensa local pero, de momento, a nivel nacional no ha trascendido; se quiere ignorar porque precisamente lo que hace una huelga de hambre es hacer visible el hambre que se oculta en los hogares  y es convertir la falta de recursos y el sufrimiento que ello provoca en una herramienta contra quienes legislan para que esto suceda.

FCSM: ¿Cuál ha sido la respuesta de la Delegación del Gobierno? ¿Se ha puesto en contacto con usted alguna institución o autoridad pública?

RP: Insisten en que se ha aplicado estrictamente la ley en el desalojo de la Delegación del Ministerio de Trabajo. Y consideran que hay otros medios para plantear estas cuestiones.

Se ha puesto en contacto, además del Subdelegado del gobierno, el alcalde de León, Alejandro Valderas que es diputado  de Castilla y Leon, Luis Aznar, de la Junta de Castilla y león, los secretarios provinciales de UGT y CCOO y el antiguo decano del seminario mayor, Antonio Trabajo.

FCSM: Esto nos da una idea del apoyo que podemos esperar por parte de nuestros gobernantes. Pero, ¿y el apoyo ciudadano? Recientemente, doscientas personas se concentraron junto a usted ¿Le da ánimos?

RP: El apoyo ciudadano ha sido total: el 22M, con el impulso de la columna asturiana y de los Campamentos por la dignidad de Extremadura, la CGT, 15M, Stop Desahucios, Parados en Movimiento de Valladolid, Desempleados y Precarios de León, los Verdes, Izquierda Republicana, el PCE, Podemos, las Juventudes Comunistas, Ecuo, Ateneo varillas, Izquierda Unida, Compromiso socialista, Frente Cívico, muchísimas organizaciones y gente a título personal  de toda España, familia y amigos, y la colaboración especial en el seguimiento sanitario de los donantes de sangre y el doctor J. Romero y los amig@s ATS Reyes e Isidoro.

Sobre los ánimos… muchos. Muchísimos. Lo considero un alimento moral.

FCSM: Entendemos que esta valiente determinación suya se debe a no encontrar ninguna solución por las vías habituales de participación. Por eso le preguntamos quién tiene la solución: ¿el Gobierno que continúa con los recortes sobre la población o la ciudadanía organizada?

RP: La ciudadanía organizada y unida en torno a temas que, como éste, son urgentes. Pero hay que despertar a esa ciudadanía de su apatía porque todo lo que se ha hecho desde el gobierno se ha ido aceptando sin una respuesta contundente y entonces  dan un paso más en los recortes, hasta que la sociedad diga “¡basta!” y se convierta en un pueblo en lucha.

FCSM: ¿Qué opina de la desobediencia civil como herramienta de cambio? ¿Ha llegado el momento?

RP: La desobediencia civil es fundamental. Este gobierno provoca para llevarnos a la desesperación de manera que se produzcan estallidos de violencia que sirvan de disculpa para establecer un estado policial. Por cierto, con todos los recortes que están haciendo, ha aumentado el presupuesto para la policía y está siendo la única oferta de trabajo digna de consideración.

El momento ha llegado, porque la lucha contra el paro se ha convertido en una persecución contra los parados para imponer el miedo en la sociedad y hacer que los trabajadores acepten salarios más bajos y la ausencia de derechos laborales, llevando a una parte de los trabajadores a la precariedad laborar: Trabajan sin que sus salarios alcancen para cubrir los gastos familiares.

FCSM: Creemos que estas actitudes pueden hacerse más frecuentes en los tiempos que se avecinan. Usted, que es una persona luchadora, ¿cómo ve al resto de población, a aquellos que no se comprometen más activamente? Es más, esa falta de respuesta de una buena parte de la sociedad española, ¿a qué se debe: miedo, falta de información o egoísmo?

RP: Pienso que la mayoría de las personas no entiende lo que está sucediendo: Se está produciendo un fenómeno nuevo de una crueldad sin precedente que es usar el dinero público para beneficio  de empresas privadas que trasladan el dinero a la economía financiera. Habrá que ver si es más importante el AVE o que las personas coman. Voy a exponer como ejemplo un caso real: Con dinero público se ha hecho una ampliación del Hospital de León enorme. Lo ha hecho una empresa de construcción. Una parte del dinero público ha ido a parar a esa empresa, engrosando sus beneficios. Pero cuando se ha terminado la obra, cierran dos quirófanos y 2 plantas del hospital ¿cómo se entiende eso? El dinero empleado en construir el edificio se considera un incremento del gasto sanitario.

Desde mi punto de vista se debe a dos razones. Una: Un miedo provocado y calculado; el miedo paraliza a cualquier animal incluido el ser humano. Dos: Nos han educado desde pequeños diciendo: “Niño, cállate y no te muevas”;  cuando somos mayores nos callamos y no nos movemos. Una sociedad que permite este tipo de situaciones es una sociedad sin dignidad.


viernes, 25 de julio de 2014

El TTIP desde un punto de vista crítico, de manera clara y comprensible

 http://noalttip.blogspot.com/2014/07/publicacionttip-acuerdo-comercial-y-de.html

¿Qué sabes sobre el TTIP? ¿Sabes que es un acuerdo comercial que se está negociando entre la Unión Europea y los EEUU? El acuerdo es un proyecto que va más allá del comercio. Es un proyecto político, ideológico y social que supera el ámbito de la economía. Esta cuestión es tan compleja como importante. Aunque los defensores del acuerdo nos lo quieren presentar mediante un código secreto, el fondo del proyecto es mucho más sencillo.

Este es el principal objeto de este documento: aproximaros, desde un punto de vista crítico, el tema del acuerdo comercial TTIP de manera más clara y comprensible.

TTIP es en inglés una sigla pomposa: Transatlantic Trade and Investment Partnership; también en castellano resulta un trabalenguas: Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión. Además, algo que parece incomprensible empieza a dar miedo a medida que su significado se va conociendo.

Con el fin de explicarlo de manera sencilla y en tres pasos, podríamos decir que es un (1) acuerdo comercial (2) que se está negociando (3) entre dos regiones. Las dos regiones no son nada pequeñas, sino las economías más grandes a ambas orillas del Atlántico. Hablamos de EEUU y la Unión Europea, que suman un tercio del comercio mundial.

El acuerdo se está negociando en total secreto, entre las élites políticas y empresariales internacionales. El ámbito de decisión queda lejos de ciudadanas y ciudadanos y fuera de todo control democrático. Es evidente que esa lejanía se busca a propósito. La mayoría de la sociedad apenas recibirá información, y muchas de las personas que han tenido alguna noticia desisten de profundizar en el tema, asustadas por su complejidad. Porque no entendemos de acuerdos comerciales; porque nos resultan extraños. Esas dificultades para entender el trasfondo del acuerdo son un mecanismo más para alejarlo aún más de la ciudadanía.

Sin embargo, el acuerdo es un proyecto que va más allá del comercio. Es un proyecto político, ideológico y social que supera el ámbito de la economía. Esta cuestión es tan compleja como importante. Aunque los defensores del acuerdo nos lo quieren presentar mediante un código secreto, el fondo del proyecto es mucho más sencillo. Este es el principal objeto de este documento: aproximaros, desde un punto de vista crítico, el tema del acuerdo comercial TTIP de manera más clara y comprensible.

Los impulsores del proyecto dicen que el objetivo del acuerdo es suprimir los obstáculos que encuentra la actividad comercial. En una palabra, liberalizar los mercados. Desde un punto de vista crítico, un número creciente de movimientos sindicales, sindicatos, ONGs y otros grupos hemos adoptado una posición claramente contraria al TTIP: el objetivo del acuerdo en realidad eliminar los derechos conquistados en occidente a lo largo de decenios. Suprimir las normativas que protegen lo social, el mundo laboral y el medio ambiente. En definitiva, por esta vía las corporaciones pretenden acumular más derechos que las personas físicas.

El tratamiento que las elites político-corporativas, junto con los medios de comunicación dominantes, dan al asunto es muy diferente del que reivindicamos algunos movimientos, sindicatos y ONGs desde una perspectiva crítica. Por suerte, en el momento en que redactamos este documento está saliendo todo un conjunto de informaciones y

Podemos tener la sensación de que Europa nos pilla lejos. Lejana la UE, y mucho más la otra orilla del Atlántico. Creemos que determinadas cuestiones complejas en torno a la economía se nos escapan. Pero no hay que caer en la frustración por estas sensaciones. Contamos al menos con dos instrumentos: el primero, la información, y el segundo, la movilización. El primero es el paso necesario para superar la situación de desinformación. Vamos, por tanto, a desgranar el tema del TTIP.

Aquí se puede descargar la publicación completa

jueves, 24 de julio de 2014

Julio Anguita en la primera Asamblea Ciudadana de Córdoba – discurso arrollador



“Vivimos una situación de emergencia, no hay tiempo de andarse con circunloquios, debemos constituirnos para formar un contrapoder”

Intervención de Julio Anguita en la constitución de la primera Asamblea Ciudadana de Córdoba.

Un vídeo de Antonio Garzón Guisasola.

A continuación, la Asamblea completa. Vídeo Talía Blanco.


Presentación de Ganemos Málaga 24 Julio 20.00h en calle Alcazabilla

Ha llegado el momento de decir basta. Ha llegado el momento en el que las personas sean más importantes que el beneficio económico de unos pocos. Ha llegado el momento de un tiempo nuevo en la política local.
Ha llegado el momento de una Málaga para la gente.

Por eso, el próximo jueves 24 de julio a las 20:00 en Calle Alcazabilla te esperamos en el acto público de presentación de #GanemosMalaga.

Contamos con tu apoyo presencial para conocer Ganemos Málaga de primera mano y te decidas a formar parte de la iniciativa. Si vas a participar, colabora difundiendo este evento.

Si tienes preguntas, hemos resulto algunas en el siguiente link: http://ganemosmalaga.com/preguntas-frecuentes/

PROGRAMA
:: Presentación de la iniciativa
:: Intervenciones de vecinos-as y activistas sociales de la ciudad
:: Actuación Musical: Miguel López, Rubén Lara y Lucía Sócam.

Ramiro Pinto en huelga de hambre, por el hambre que causa el gobierno de España

Ramón Pedregal Casanova
Crónica Popular

Un trabajador se ve forzado a ponerse en huelga de hambre. ¿Quién le obliga a ello? En este caso, los servicios del Estado, que en León se denominan Servicio de Empleo de Castilla y León, han decidido que Ramiro Pinto y otros 23.000 trabajadores están amortizados y pueden permitirse la inhumanidad de abandonarlos a las enfermedades y la muerte.

Que este régimen, que este Estado, que éste gobierno persiga a la gente trabajadora sin trabajo, ¿con qué intención lo hace? La cosa es así. ¿Y usted se deja llevar a ese matadero? Porque cuando usted no hace nada por otro de su misma condición, usted no hace, no hará, llegado el caso, nada ni por usted mismo. Quien abandona a sus iguales es el eslabón débil, el más propicio para ser cazado, el que no cuesta nada deshacerse de él.

Me permito tomar una pequeña narración de Bertolt Brecht incluida en su libro Historias de almanaque, el texto se titula Hambre:

A una pregunta acerca de la patria, el señor K. Había dado la siguiente respuesta:
- En cualquier parte puedo morirme de hambre.
Alguien que le escuchaba atento le preguntó entonces por qué decía que se moría de hambre cuando en realidad tenía qué comer. El señor K. Se justificó diciendo:
- Seguramente quise decir que puedo vivir en cualquier parte si es que acepto vivir donde reina el hambre. Admito que hay una gran diferencia entre pasar uno mismo hambre y vivir donde reina el hambre. Permítaseme, no obstante, aclarar en mi descargo que, para mí, vivir donde reina el hambre, si bien no es tan grave como pasar hambre, no deja por ello de ser grave. El hecho de que yo pasara hambre no tendría demasiada importancia para otros; es, sin embargo, importante el que me oponga a que reine el hambre.”

Aquí lo que leemos es lo que hace y dice alguien fuerte, consciente, que no abandona a sus iguales, a los débiles. Ese, aquí, hoy, es el caso de Ramiro Pinto. Con Ramiro Pinto el gobierno depredador que nos persigue a los trabajadores, se ha equivocado de presa. Ramiro Pinto tiene tradición de lucha obrera, se ha puesto en huelga de hambre en la puerta del antiguo INEM de León para defender una Renta Básica para todas las personas que no perciben un céntimo, para las y los trabajadores empujados a las enfermedades y la muerte. Fueron a por él, le quitaron los 426 euros que percibía y, al ver la reacción de Ramiro trataron de comprarle, le decían que se lo podían arreglar, no querían que su huelga diese a conocer lo que el gobierno y sus servicios hacen con la clase trabajadora en desgracia.

El resultado desde el día 15 de junio es una difusión por todo España empezando por la misma ciudad de León, y a León llegan de todos los puntos cardinales trabajadores y trabajadoras para organizarse y acordar luchas para los próximos días.

Ramiro Pinto, un escritor comprometido
Nacido en Madrid en 1961 y residente en León desde hace 28 años, Ramiro Pinto Cañón, es un escritor comprometido desde siempre. Un activista social de primera línea Su lucha no empieza ahora. Pertenece a la Asociación Colegial de Escritores de España y a la Asociación de Autores de Teatro (AAT) y es socio de CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos).

Es autor de un amplio número de libros, desde el dedicado a “Los fundamentos de la Renta Básica y la perestroika del capitalismo”, prologado por el filósofo Fernando Savater, o La Revolución del paro, hasta novelas como las tituladas Reyerta y Tratado de enamoramiento, ensayos como Contra lo irracional. Prevención ante las sectas y lo demás, Las sectas: trampa y engaño, Grupos Gnósticos: secretos y mentiras. El fanatismo dentro de nuestra sociedad“,escrito con Pepa Sanz Bisbal, .obras de literatura infantil como El circo de fantasía, El espantapájaros amigo de los pájaros, El payaso que no tenía circo, El rey cigüeña y La curva del cuervo, de teatro, entre ellas Teatro mínimo. Delirios que vuelan. Jesús, Zaratustrra y yo, de poemas como Tratado sobre Mefistófeles y los cazadores de liebres y Respirando el alba. Asimismo, es autor de numerosos cuentos y artículos publicados en el Diario de León y la revista Camparranda.

Encierro y huelga de hambre desde la dignidad de los parados

Las razones de su protesta las explicó Ramiro Pinto Cañón el mismo día en que comenzó su huelga de hambre, en un escrito titulado Encierro y huelga de hambre desde la dignidad de los parados, que reproducimos en su totalidad.

Un documento en el que, de entrada, expresa que se trata de “un acto muy meditado ante lo que considera una agresión permanente contra las personas que carecen de empleo”, de denuncia de “una política contra los desempleados y no contra el desempleo”, y pone de relieve que actúa, desde el pacifismo y usando “una herramienta desde la no-violencia para luchar contra las injusticias…“en legítima defensa contra la agresión continuada y sistemática contra los desempleados”.

En suma, un valiente manifiesto por los derechos de los trabajadores en general y de los trabajadores más vulnerables en la actual ofensiva del gran capital y los gobiernos que sirven sus intereses, los desempleados…

“Este martes 15 de julio a las 12’30 hs. he iniciado un encierro en la Dirección Provincial del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, c/ san Marcos – León, declarándome en huelga de hambre. El documento se entrega el martes día 15 de julio por la mañana, para iniciar una acción que explico seguidamente.

Se trata de un acto muy meditado, que veo necesaria ante lo que considero una agresión permanente a las personas que carecen de un empleo, lo cual requiere una respuesta. Parto de una experiencia concreta, pero a partir de la misma planteo su proyección social para acabar con semejante circunstancia.
Estuve cobrando una prestación de Renta de Inserción Activa, que dura un año. Se da en años consecutivos, lo cual ya es una incongruencia, pues sin un empleo siguen habiendo necesidades. Ante una grave situación familiar tuve que viajar. En esos días fui convocado por un mensaje de teléfono móvil desde un número oculto, de manera que no pude dar ningún aviso ni explicaciones. Me enviaron una carta advirtiendo que me quitarían la prestación por no haber acudido. Hice un recurso y sin respuesta alguna me ingresaron la mitad de la misma, de lo 426 que me corresponden a los 269’80 que me ingresaron. Sin posibilidad de defensa alguna.

Tuve ese mes una deuda en el banco, números rojos, que hizo que por una normativa del Banco Central de España me cobrasen 30 euros. Hice una reclamación porque me parece incongruente y un ataque los más necesitados, a quienes menos dinero tienen y estando obligados a disponer de un cuenta bancaria por muchos pagos que hay que domiciliar. Se aprovechan para quitar impunemente el dinero a los más necesitados sin ningún miramiento ni justificación.

Fui a sacar un billete de autobús, ya que los precios del tren son más caros y abusivos, y en el plazo de quince días había subido el precio del billete de ida de León a Madrid de 18 euros a 32 euros. Se justifica en se pone un “Supra”, siendo cada vez menos los que no son de lujo. A parte de ofertas y descuentos por familia numerosa, sea una familia rica o no, el caso es que no hay ningún descuento para desempleados que no cobren prestaciones.

¿Y nadie hace nada?, ¿no sirven tantas presiones para sacarnos de la modorra social?. El paso a la vía judicial cuesta dinero, de manera que los problemas de la gente se convierten en un negocio para unos y en un privilegio en lugar de ser un derecho para otros. Por otra parte es una vía infructuosa cuando no es únicamente un caso de mala aplicación de la ley, sino que lo que falla es la ley misma que queda fuera del más mínimo sentido de justicia.

La burocracia tritura cualquier acción individual. Está diseñada en el tema del empleo para ser una agresión permanente al desempleado con actitudes sádicas de quitan lo mínimo que puede adquirir una persona para sobrevivir, que le desahucian cuando no puede pagar y embargan sus cuentas, de manera que se aplica una actuación cínica en tanto se quieren ahorrar prestaciones necesarias para la supervivencia, a la vez que se mantienen proyectos y gastos suntuosos. El resultado es una política contra los desempleados y no contra el desempleo, criminalizando a quienes reciben las prestaciones sociales, en un contexto en el que el paro se extiende a la vez que el empleo se hace cada vez más precario.

He comprobado como se atemoriza, se humilla, se desprecia, se chantajea y se quita lo poco que tiene a quienes disponen de menos capacidad adquisitiva. Millones de personas padecemos a diario el dolor y el sufrimiento que genera esta política. Y todo ello sin una respuesta social, necesaria para evitar que continúe.

No hago esta acción por mi problema personal, sino que partiendo de él asumo su carácter social, de manera que no aceptaré su solución particular, sino que la planteó a partir de mi experiencia, con el objetivo de actuar en legítima defensa contra la agresión continuada y sistemática contra los desempleados”.

Soy consciente de las dificultades, pero me veo preparado y mentalizado para ello, habiendo firmado el testamento vital que impide acciones médicas dilatorias. Conocedor del peligro asumo el riesgo para hacer visible lo que hace el gobierno impunemente que deja en la estacada a millones de ciudadanas y ciudadanos, sin medios de vida. Y espero que sirva de punto de apoyo para una reacción colectiva cuyo objetivo es establecer la supervivencia como un derecho inalienable, de manera que toda persona sin empleo no se quede sin una prestación y que se mida sobre el umbral de la pobreza. Esta es la meta. Hasta la victoria final, siempre.

No incluyo el tema de la Renta Básica, en el que tanto empeño tengo, porque tal medida ha de realizarse como fruto de una lucha social y del juego de las mayorías, que en nuestro modelo electoral la ley D’Hont ha trucado y deja a la mayor parte de los votantes sin representación de su voto estableciendo mayorías absolutas que no lo son en realidad, pero superar ésta y otras circunstancias forma parte de la lucha social.
La agresión a los desempleados sin embargo rompe el marco de lo legal, pues se hace con la ley misma y destruye a miles de personas mediante una violencia sistemática ejercida desde la ley, lo cual no se puede consentir bajo ningún concepto ni por más tiempo. Es necesaria la respuesta en legítima defensa. Y planteo un acción pacífica , contumaz y persistente hasta el cumplimiento de los objetivos hacienda un llamada de atención al conjunto de la sociedad para que no sea cómplice de esta situación degradante e indigna, pero que no degrada a quien padece tal situación, como se quiere hacer creer a quienes sufren sus consecuencias, sino a la sociedad que lo consiente y en la que sucede con toda impunidad.

Mi profundo convencimiento del pacifismo me lleva a usar una herramienta desde la no-violencia para luchar contra las injusticias, haciendo que se hagan visibles el daño ejercido desde el Estado, para que en su crudeza una parte de la sociedad reaccione y hacer desparecer lo que oprime a millones de personas, para por otra parte mantener los privilegios de quienes se llevan el dinero pública para rescates bancarios, inversiones que llevan el dinero público a los inversores de empresas privadas, o sueldos de lujo para quienes propician este estado de cosas injusto.

Es por ello que sin causar agresión a nadie, sin ceder a la represión que impide la protesta de los colectivos sociales a los que se criminaliza, pongo en juego mi actuación para resistir la presión de lo injusto que se aplica desde las políticas del gobierno, encaminada esta acción a evitar el dolor de millones de seres humanos en nuestra sociedad.

Soy consciente de muchas situaciones irregulares, incluso ilegales en las que puedo encontrarme, pero no es lo mismo esquivar leyes injustas para sobrevivir que valerse de la misma ley para enriquecerse a costa de los demás o saltársela en ocasiones para adquirir más del bien común sobrepasando lo establecido por el marco jurídico para este fin. La ilegalidad de quien no puede cumplir los requisitos legales por falta de recursos es que no llega, siendo lo injusto la misma aplicación de la ley, lo cual nos hace estar de manera perenne en una economía de la corrupción.

Con este fundamento inicio esta acción sabiendo que es tan injusto el padecimiento de las personas sin empleo y sin prestaciones, las cuales se ven presionadas hasta lo indecible que pienso que se podrá lograr desde la movilización de la sociedad el derecho básico de toda sociedad que es el de supervivencia sin que sea condicionada a la explotación, el abuso y el chantaje contra los más débiles económicamente y que ejercer el derecho a la crítica, la libertad de expresión y a la protesta acabe con el abuso de Poder.
Queda dicho. Gracias y hasta siempre”.

miércoles, 23 de julio de 2014

Israel, Palestina: Cómo empezó todo

Posteamos aquí el magnífico artículo de Olga Rodríguez sobre el conflicto Israel - Palestina.

Lo que pasa en Gaza se inició hace 66 años, cuando Israel optó por ser un Estado judío de mayoría judía. Para ello ocupa territorios, excluye a los palestinos y los somete a operaciones militares de castigo.

Otro Israel es posible, al igual que una Sudáfrica libre de apartheid fue posible.

“Si eres neutral ante situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor” (Desmond Tutu)

Cómo empezó todo, preguntan algunos estos días. Esto, lo que está ocurriendo en Gaza, se inició hace mucho tiempo. Comenzó con el antisemitismo europeo, que promovió la emigración de los judíos a Palestina. Comenzó con el nazismo, el genocidio contra los judíos y la posterior decisión de Europa, con Reino Unido a la cabeza, de apoyar y fomentar el éxodo judío a Palestina.
Comenzó cuando el protectorado británico de Palestina miraba hacia otro lado mientras los judíos se organizaban en bandas armadas que cometieron atentados terroristas, matando a gente, contra objetivos británicos y árabes.

En 1947 la ONU, motivada por la responsabilidad y culpa europea del horror contra los judíos, aprobó un plan de partición que asignó el 54% de la Palestina del mandato británico a la comunidad judía (llegada la mayoría tras el Holocausto) y el resto, a los palestinos. Jerusalén quedaba como enclave internacional.

En los primeros meses de 1948 las fuerzas armadas judías clandestinas -escribo judías porque así se autodenominaban, y aún no se había declarado la independencia de Israel- elaboraron el Plan Dalet, cuyo fin era, entre otras cosas, hacerse con el control de la vía que unía Jerusalén con Tel Aviv, una zona que no figuraba como futuro territorio israelí en el plan de partición de la ONU. De ese modo expulsaron a miles de personas y asesinaron a cientos. Es decir, ya hubo entonces un intento de limpieza étnica.
Después, cuando los países árabes vecinos declararon la guerra a Israel tras su nacimiento en mayo de 1948, las fuerzas armadas israelíes aprovecharon para ocupar más tierras y expulsar a cientos de miles de palestinos. De ese modo Israel pasó a tener un 78% del territorio (posteriormente, en 1967 Israel ocuparía el 22% restante: Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este).

Tras la guerra del 48, muchos palestinos intentaron regresar a sus casas, pero las tropas israelíes se lo impidieron, a pesar de que en diciembre de 1948 Naciones Unidas aprobó la resolución 194, incumplida hasta hoy, confirmada en repetidas ocasiones y ratificada en la resolución 3236 de 1974, que establecía el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares o a recibir indemnizaciones.

Solo pudieron permanecer dentro de Israel, en muchos casos como desplazados, unos 150.000 palestinos, el 15% de la población, que en 1952 accedieron a la ciudadanía. Son los llamados árabes israelíes.

Gaza

Gran parte de los palestinos de Gaza son refugiados, expulsados o descendientes de los expulsados en 1948 a través de lo que constituyó, según historiadores israelíes como Ilan Pappé, una limpieza étnica, con el objetivo de levantar un Estado de mayoría judía. Incluso el historiador israelí sionista Benny Morris, ha escrito que “con la suficiente perspectiva resulta evidente que lo que se produjo en Palestina en 1948 fue una suerte de limpieza étnica perpetrada por los judíos en las zonas árabes”.

Los palestinos de Gaza viven hacinados, castigados, limitados. Israel controla qué productos y personas acceden a la Franja y prohíbe la entrada de materiales fundamentales. Practica un castigo colectivo.
Esto, lo que está pasando en Gaza, se inició hace 66 años, cuando se optó por una concepción de Israel como un Estado judío con mayoría judía. Para mantener esa mayoría Israel practica la ocupación, aparta y discrimina a los palestinos y, de vez en cuando, lleva a cabo operaciones militares que matan a cientos o miles y provocan el desplazamiento de miles más.

Para mantener la mayoría judía...

El Estado israelí, para ser fiel a su autodefinición -Estado judío- excluye el concepto de ciudadanía universal. Si aceptara como ciudadanos a los palestinos de Gaza y Cisjordania -territorios que controla u ocupa- su concepción como Estado judío estaría en peligro, ya que la población judía dejaría de ser la mayoritaria.
La elevada natalidad entre los palestinos es una de las preocupaciones principales de Israel. Lo llaman la cuestión demográfica. Ya hoy los judíos dentro de la llamada Línea Verde -las fronteras de antes del 67- conforman el 70% de la población, y se calcula que dentro de veinte años podrían ser el 50%.

Israel se opone a la creación de un Estado palestino pero también se niega a conceder derechos plenos y ciudadanía a los palestinos de Gaza y Cisjordania, porque si lo hiciera, estaría renunciando a su carácter judío como Estado. Es decir, a lo que algunos historiadores y politólogos llaman etnocracia.

Como subrayaba el israelí Sergio Yahni, integrante del Alternative Information Center, en una conversación que mantuvimos en Jerusalén:

 “Israel solo puede ser un Estado judío si mantiene la supremacía demográfica o legal de la población judía, pero para ello tiene o que llevar a cabo una nueva limpieza étnica, como la de 1948, o practicar la segregación étnica legalizada, es decir, el apartheid. Mientras Israel no asuma una verdadera transformación democrática, no viviremos en paz y seguirá la represión”. ( "El hombre mojado no teme la lluvia", Ed.Debate, 2009).

La Ley de Bienes Ausentes

Para que Israel pudiera ser un Estado judío, el gobierno del primer ministro David Ben Gurion organizó la recolonización de las tierras y distribuyó los bienes inmuebles que llamaron “abandonados”. Para ello se aprobó en 1950 la Ley de los Bienes Ausentes, que gestionó el traspaso a manos judías de las casas de los palestinos, no solo de los que se habían ido fuera de las fronteras israelies, sino también de aquellos que habían sido reubicados dentro del Estado israelí.
También se aprobaron otras leyes que prohibieron la venta o transferencia de tierras para garantizar que no cayeran en manos palestinas, y que permitían decretar la expropiación de bienes por interés público o declarar una superficie como “zona militar cerrada”, lo que impedía a los propietarios de la misma reclamarla como suya. De ese modo, 64.000 viviendas de palestinos ya habían pasado a manos judías en 1958.

La Ley del Retorno

Otra de las leyes fundamentales y una de las más controvertidas es la Ley del Retorno, que confirma esa insistencia en el carácter judío del Estado a través de la concesión de privilegios a los judíos. Esta ley concede el derecho a la ciudadanía a todos los judíos del mundo, de los hijos, nietos y cónyuges de los judíos, así como de quienes se conviertan al judaísmo. Sin embargo, no incluye a los judíos de nacimiento convertidos a otra religión y de hecho se ha denegado la ciudadanía a varios judíos convertidos al cristianismo.

La polémica en torno a esta ley reside en que Israel no permite regresar a su hogar a los palestinos expulsados ni a sus descendientes. Pero, por poner un ejemplo, un sueco que se convierta al judaismo sí tiene derecho a residir en Israel y a obtener la ciudadanía. Además, es probable que pudiera acceder a ayudas económicas del Estado para financiar estudios o adaptación a su nuevo hogar.

En 2003 se construyó un escalón más en esta política exclusivista con la aprobación de la Ley de Ciudadanía y Entrada en Israel, que indica que los palestinos de Cisjordania o Gaza menores de 35 años y las palestinas de Cisjordania o Gaza menores de 25 años no podrán residir en territorio israelí aunque se casen con un/a israelí. Sin embargo, si cualquier europeo contrae matrimonio con un ciudadano israelí tendrá derecho tanto a la residencia como a la ciudadanía.

La ocupación

La ocupación es la esencia del Estado israelí tal y como se concibe a sí mismo a día de hoy. Los colonos conforman una especie de ejército israelí paralelo al oficial, ya que ejercen una función paramilitar, la de invadir y ocupar, motivados por razones políticas, religiosas y también económicas, ya que el Estado concede préstamos y subvenciones a aquellos judíos que se instalan en la tierra de los palestinos.
En el territorio palestino de Cisjordania viven 450.000 colonos judíos, con una población total de más de dos millones de habitantes. Las colonias judías consumen un promedio de 620 metros cúbicos de agua por persona al año frente a los menos de 100 metros cúbicos de los palestinos. Esto sucede porque los asentamientos se apropian de parte de los acuíferos y de las áreas con más reservas.
Los colonos pueden llevar armas. Además, sus asentamientos están protegidos por el Ejército israelí, que de este modo legitima la ocupación. Es el propio Estado el que administra los terrenos de Cisjordania.

A través de las colonias, Cisjordania se ha convertido en una zona acantonada, sin continuidad territorial, donde los pueblos y ciudades están desconectados entre sí, convertidos en islotes rodeados por controles militares israelíes.

Exclusión y discriminación

Para controlar a la población palestina, Israel limita sus movimientos, lleva a cabo arrestos arbitrarios, aplica la llamada ley de detención administrativa, que permite mantener encarcelado a un palestino sin cargos ni juicio hasta al menos dos años, impide a los palestinos salir de su localidad o les obliga a esperar horas para hacerlo, les niega servicios públicos fundamentales, les prohibe construir viviendas y de hecho destruye algunas de sus casas, con la excusa de que no cuentan con permisos de construcción que se les deniegan de forma sistemática.

En la práctica aplica un apartheid y se guía por la ley del talión. Si alguien mata a un israelí, es el propio Estado el que se encarga de la venganza, derribando la casa de la familia del presunto culpable, torturándole a él, a sus amigos o familiares, o impulsando una ofensiva militar en su barrio o en otro, como la actual contra Gaza. Al contrario de lo que debería ser la actuación de un Estado democrático, Israel opta por la venganza en vez de por la vía judicial.

El precio de la paz

Ante ello, Estados Unidos o la Unión Europea se limitan a murmurar con tibias condenas que son simple tinta sobre papel, porque mientras las emiten, mantienen a Israel como socio comercial preferente, le venden armas, le brindan apoyo diplomático y estratégico. Nuestros gobiernos son corresponsables -desde hace décadas- del destino de palestinos e israelíes.
Como me dijo Rami Elhanan, israelí que perdió a su hija en un atentado de Hamás, los judíos que apuestan por excluir a los palestinos se excluyen a sí mismos, “están volviendo al gueto. La solución está encima de la mesa, pero solo llegará cuando Israel se dé cuenta de que el precio de no tener paz es más elevado que el de tenerla”.

Este año Hamás y Al Fatah anunciaron su reconciliación y un acuerdo incipiente para un gobierno de unidad nacional. Las autoridades palestinas han hablado incluso de estar dispuestas a recurrir a la vía judicial para denunciar a Israel en tribunales internacionales. Ante ello, la respuesta de Tel Aviv ha sido más mano dura. No quiere al pueblo palestino unido, porque eso también amenaza el carácter judío de su Estado.

La radicalización está llegando a tal punto que han brotado nuevos grupos extremistas israelíes que atacan a los manifestantes israelíes que salen a la calle para pedir paz y libertad para Palestina.

En su ansia por querer más, Israel sigue renunciando a un acuerdo más que beneficioso para él, por el cual los palestinos tendrían un Estado con tan solo el 22% de la Palestina inicial, lo que supondría ordenar la salida de Cisjordania de los 450.000 colonos judíos, algo a lo que Tel Aviv no está dispuesto, al menos hasta ahora.

De todo esto va lo que ocurre estos días en Palestina, en Gaza, en Cisjordania.

Otro Israel es posible

Cada día que pasa los palestinos son reducidos a números o al olvido, recubiertos por esa perversa sospecha que persigue a tantas víctimas, y que susurra “algo habrán hecho”, “algo habrán hecho”, porque resulta increíble que los crímenes se cometan con tanta impunidad. La entidad que se erige a sí misma como árbitro moral para decidir qué debería ocurrir y qué no en Palestina es la misma que robó y sigue robando la tierra de otros.
No hay solución militar posible porque a pesar de todo, a pesar de lo que dijera Golda Meir en 1969, Palestina y los palestinos existen. La única solución pasa por poner fin a la ocupación, a los asentamientos, a la exclusión. El racismo, según el semiólogo Walter Mignolo, es la decisión de aquellos que están en el poder de clasificar y evaluar el grado de humanidad de los otros con el objetivo de controlar y dominar.

Dicho en palabras de la académica israelí Nurit Peled, “el Estado de Israel, que se declaró oficialmente un Estado de apartheid, se distingue por lo que ha sido siempre el método del racismo más típico y exitoso: la clasificación de los seres humanos”.

Otro Israel es posible, al igual que otra Sudáfrica fue posible.