El excoordinador federal de IU ve en la jugada del monarca un
movimiento auspiciado por el poder económico que gobierna el país para
reforzarse, y asegura que con la abdicación no llegará la III República.
“El movimiento republicano tiene que llegar al acuerdo de qué república
quiere, sin mirar permanentemente atrás”
Público
Aunque Rajoy llame a la calma, la abdicación del rey ya ha sacado a cientos de miles de personas a las calles para exigir la celebración de un referéndum monarquía-república, además de provocar un importante revuelo mediático.
Sin embargo, la jugada del monarca no ha cogido por sorpresa al fundador de Frente Cívico, Julio Anguita,
que ve en esta abdicación un claro movimiento del poder económico que
gobierna el país para reforzarse, alarmado por la debacle electoral
sufrida por el bipartidismo el pasado 25 de mayo.
El excoordinador federal de Izquierda Unida asegura que Juan Carlos
de Borbón lleva mucho tiempo planeando este golpe de efecto, y critica a
los movimientos republicanos por no haber trabajado en el modelo de
Estado que quieren implantar: “Vamos a dejar de agitar tanto las
banderas y vamos a trabajar en sesiones, creando un poder republicano”.
Julio Anguita asegura que la impunidad de la familia real está
garantizada, e insiste en que el camino a la Tercera República es
idéntico al que siempre ha marcado para encarar unas elecciones :
“Programa, programa, y programa”.
¿Qué lectura hace de la abdicación del rey?
Creo que esto es algo que ustedes -los medios de comunicación- ya
habían tratado. Esto es muy viejo. En el año 1994 se llegó a hablar de
una conjura republicana, y era muy curioso porque estaba protagonizada
por algunos sectores monárquicos: pasó cuando el tema de Javier de la
Rosa, cuando Manuel Prado y Colón de Carvajal, cuando Mario Conde [casos
de corrupción]; cuando se intentaba que los primeros escándalos en
torno al monarca pudieran salpicar a la institución. Usted sabe que
aunque fue sólo la punta del iceberg, con el caso de los elefantes
volvió a hablarse de que el rey pudiese abdicar, pero el problema es más
de fondo y quiero enmarcarlo en una serie de ideas.
La primera es que nos encontramos con que el bipartidismo imperante,
que ha ido sosteniendo la Transición como las dos columnas de este
edificio, se ha visto afectado por ese terremoto del 25 de mayo. Que el
bipartito baje de esa manera en votos y escaños es preocupante para
ellos, sobre todo cuando es necesario que el bipartito se refuerce ante
lo que va a venir. ¿Y qué es lo que va a venir o está viniendo? Que la
Troika va a seguir exigiendo más sacrificios; más medidas, más rebajas
salariales y más impuestos indirectos, por mucho que el presidente del
Gobierno lo niegue. Les hace falta un fuerte bloque político que
sostenga eso. No en vano, don Felipe González, que no da puntada sin
hilo, acaba de recordar que es necesario reforzar el bipartito, y pone
como ejemplo a Alemania. Por tanto, tenemos una necesidad de afrontar
los problemas económicos, que no están ni muchísimo menos resueltos, en
absoluto. Hace falta que algo reimpulse al bipartito, porque también se
habla de cambiar la Constitución para introducir elementos, al aire de
lo que pueda pasar en Catalunya.
Hay otro elemento que hace necesarias estas medidas; usted sabe que
si se pone en marcha todo lo que hay, lo que conocemos como el caso
Gürtel, con el nombre de los ERE y como el caso Nóos, excelentísimos
señores y señoras van a terminar en la cárcel, así que aquí habrá que
buscar la manera de llegar a una ley de punto y final de cambio de
estampitas, para que esto no pueda ocurrir ¿Cuál es la salida? Está muy
clara: entra un nuevo rey, es joven, en fin. Para eso están ya los
medios de comunicación palatinos; empiezan a operarse unas reformas y se
van introduciendo estos elementos que permiten, como el gato pardo, que
todo cambie para que todo siga exactamente igual. Esta es la operación
que se ha puesto en marcha con la abdicación del monarca.
¿Hay otros motivos más allá de los que menciona?
Hombre, si a usted le parece poco esto…
¿Quién está apoyando esta manera de actuar? ¿Estamos hablando del bipartidismo? ¿Sólo el PP?
Detrás del PP y del bipartidismo están los que realmente mandan en
España, los poderes económicos: Banco Santander, Banco Bilbao Vizcaya
[BBVA], Gas Natural, los grandes empresarios. Todos estos son los que
están detrás, preocupados ante la situación política, preocupados ante
el hecho de que en las calles cada día hay un estallido. Preocupados
ante el ascenso de determinadas fuerzas políticas: ahí está el tema de
Izquierda Unida, ahí está el tema de Podemos. Ellos, que tienen la
obligación de ver qué es lo que pueda pasar, tienen que buscar una
solución que no se ha planteado hace 24 horas. En esto llevan ya muchos
meses, por no decir años , lo que pasa es que ha llegado el momento de
acelerarlo.
¿Por qué la cúpula del PSOE -que en teoría tiene un electorado más de
izquierdas que el PP- está apoyando tan descaradamente a la monarquía?
Realmente, si usted recuerda todo lo que ha habido detrás de la
Transición, paradójicamente, e igual que ocurrió en un momento en el
propio Partido Comunista, la monarquía tenía mas apoyos en la izquierda
que dentro de la derecha. El PSOE ha asumido un rol que ha venido muy
bien a las castas dominantes, de tal manera que las grandes reformas
económicas, cuando hubo que hacerlas, las hizo en el nombre de la
izquierda Felipe González. La derecha no se hubiera atrevido, pero ahora
sí lo hace, ya ha puesto en marcha todo eso. Aunque no se lo esperaba,
González llegó al poder y se pulsaron los mecanismos económicos de la
racionalidad, la modernidad y toda esa quincalla ideológica que acompaña
siempre a las políticas conservadoras, es normal. Es más, el monarca se
ha sentido más a gusto con Felipe González que con José María Aznar.
El PP y el PSOE están apuntalando la monarquía, otros partidos están
pidiendo un referéndum o un proceso constituyente, empezar de cero. ¿Qué
debería hacerse?
Yo soy de los que pidieron el referéndum en su tiempo, y ahora
también, pero no me llamo a engaños. Llevo hablando de esto durante 15
años y he publicado un libro planteando el tema. Lo primero que tienen
que hacer el pueblo español y las organizaciones republicanas es empezar
a aclararse sobre qué clase de república quieren. Hasta ahora, el
movimiento republicano -salvo honrosas excepciones- se ha limitado a
conmemorar los acontecimientos de la II República. Pues muy bien, pero
eso no vale. Hay que llegar a un acuerdo, a una conjunción; hay que
sentarse a hablar de un proyecto republicano concreto para el siglo XXI,
y eso todavía no lo veo. Dentro de un rato me voy a la concentración
republicana en la plaza de las Tendillas [Córdoba], porque tengo que
estar allí. Pero si se queda en eso, en agitar cuatro banderas sin
plantear un proyecto, no habrá república. No creamos que con la
abdicación del rey, por mucho que entre Felipe IV y se le critique, esto
está acabado, no. En el peor de los casos, la oligarquía que manda en
España traería una república, pero sería una república como usted puede
entender. Creo que ya es hora de que el movimiento republicano se vaya
dando cuenta de que tiene que llegar al acuerdo de qué república quiere,
sin tener que mirar permanentemente atrás.
¿Cómo se explica que algo así coja por sorpresa a los movimientos?
Desde el año 2001 vengo planteando ese tema, y hablo desde la modestia. En abril del año pasado publiqué un libro llamado Conversaciones sobre la III República [editorial
El Páramo] donde planteaba un modelo de república, de la Tercera.
Hablaba sobre esto; la gente lo escucha, que bien que bien, pero al día
siguiente vuelven a hablar de la II República, de la Guerra Civil. Lo
digo con todo el dolor de mi corazón, y con las ganas que tengo de que
en España haya república. Como quiero que haya república, hay que
empezar a tomárselo en serio.
¿Cuáles serían los pasos a dar por los ciudadanos para acercarse a
esta III República? ¿Tiene que partir necesariamente de los movimientos
republicanos?
Los movimientos republicanos -asambleas, ateneos, partidos- tienen la
enorme responsabilidad de empezar ya, que están tardando en hacerlo, a
intentar conectar para crear una plataforma republicana que vaya
colocando en lo alto un programa de III República, con medidas
inmediatas y concretas para atajar los problemas que hay. Tiene que ir
diseñando con un gran concurso de participación las ideas maestras de la
futura Constitución Republicana.
¿Hasta que esto no se produzca no llegará la Tercera? ¿Entendemos que
el bipartidismo conseguirá imponer como jefe de Estado al hijo no
electo del rey?
Evidentemente. ¿Por qué Felipe González dijo que tenían que unirse?
Para reforzar a la Corona, porque la Corona es la piedra del arco sobre
el que se sustenta el dominio de la oligarquía en la Transición, y esos
dos partidos han sido las columnas del proceso. Ante la situación a la
que han llegado, y ante el horizonte que hay después de tanto escándalo,
la operación está clarísima.
Por la Constitución.
Estoy seguro de que a Juan Carlos alguien le ha garantizado la
inimputabilidad para cuando deje de ser rey.
El poder le garantiza la
inimputabilidad.
¿Volvemos a hablar de los poderes económicos?
Es que son los poderes, lo demás son tonterías. Hablamos del poder
económico y del político, que se presta muy bien a hacer esa labor
gregaria, claro.
El anuncio de la abdicación ha llevado a la inmediata convocatoria de
manifestaciones y protestas. Aunque las plataformas republicanas que a
su juicio tienen que organizar este proceso no estén listas, ¿están la
mayoría o una parte importante de los ciudadanos pidiendo una III
República? ¿Es lo que esperan?
Si ahora mismo me dirigiese a los republicanos diría: “Miren,
compañeros, de acuerdo con la república. Vamos a trabajar en serio para
traerla, vamos a discutir qué república queremos y vamos a dejarnos de
tantas manifestaciones”. Vamos a dejar de agitar tanto las banderas y
vamos a trabajar en sesiones, creando un poder republicano. Eso no se
hace con banderas y manifestaciones; hay que hacerlas, obviamente, pero
en base a eso no se hace la república.
La Casa Real recientemente ha llevado a cabo acciones como la apertura de una cuenta de Twitter,
intentando renovarse para vender una mejor imagen. Ya que los españoles
asumen que van a colocar a Felipe IV, ¿pueden perdonar las corinnas, las cacerías de elefantes y el resto de excesos?
Los españoles lo perdonamos todo. Mire usted, eso es cuestión de que los medios de comunicación larguen 15 días de Sissi Emperatriz,
que la vamos a ver reponer estos días. Es cuestión de cuatro
garambainas de estas, para que en seguida las infantitas y la futura
reina pequeñita salgan en reportajes en esta revista y en la otra, se
hable de lo apuesto que es el rey, etc. Esas garambainas están
llevándose a la población española en un porcentaje muy alto.
Ya está pasando, basta mirar las portadas
Yo no lo estoy viendo porque francamente es estomagante, pero me lo imagino porque ya lo han hecho otras veces.
Si Juan Carlos se va y deja a Felipe IV, ¿gozará la infanta de
protección en caso de que finalmente se demuestre que tiene
responsabilidad en los casos Aaizon o Nóos?
Usted sabe lo que ha pasado con el caso Nóos y el Frente Cívico, cómo
nos han expulsado los dos defensores de la infanta: el fiscal y la
Audiencia de Palma de Mallorca. Nos han expulsado con la pretensión de
que el sindicato Manos Limpias nos representase. No les ha gustado que
nosotros nos personásemos. ¿Por qué? Porque ya es evidente, no íbamos a
ninguna componenda, ninguna otra cosa, y ya está. En este momento se
está tramando desde todas partes que la infanta no se siente en el
banquillo, esto es de cajón.
Todo esto también ha influido en lo que el rey acaba de hacer. Tenga
usted en cuenta que esto no es algo que el rey decidiese ayer, se viene
fraguando desde hace tiempo, y tiene mucho que ver con lo que le he
contado y con la intervención de Felipe González de hace una o dos
semanas.
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