lunes, 15 de septiembre de 2014

La izquierda europea y los movimientos sociales preparan movilizaciones contra el TTIP y el CETA

Manuel Ángel Menéndez
Cuarto Poder

Una alianza de más de 230 movimientos sociales -Attac entre ellos- junto con los 33 partidos que componer el Partido de la Izquierda Europea (PIE) están preparando una movilización sin precedentes en la Europa comunitaria contra los tratados de libre comercio que la Comisión Europea está negociando en secreto con Estados Unidos y Canadá. Esta decisión se ha adoptado días después de que la Comisión rechazara categóricamente una propuesta para realizar una Iniciativa Europea Ciudadana contra los acuerdos comerciales UE-Estados Unidos y UE-Canadá. Querían recoger un millón de firmas para obligar a la Comisión Europea a que revise su política comercial y a que se celebre una audiencia pública en el Parlamento Europeo sobre la materia.

La decisión del órgano de gobierno de la Unión Europea, comunicada a la alianza de movimientos europeos, autora de la propuesta, hace apenas unos días, ha arrojado un jarro de agua fría sobre las expectativas de más 230 movimientos sociales y de los 33 partidos que componen el Partido de la Izquierda Europea para poder debatir con luz y taquígrafos en el europarlamento unos acuerdos comerciales del calibre de los que se negocian en secreto en Bruselas. Pero, como la respuesta negativa de la Comisión era esperada, el movimiento asociativo europeo, que incluye a diferentes organizaciones sindicales -en España, UGT y CCOO, por ejemplo-, ha comenzado ya a preparar lo que podríamos calificar como una ‘rebelión’ en los países de la UE, cuyos términos están aún por concretarse.

En todo caso, las redes sociales a nivel europeo van a entrar en ebullición con este tema -en España, IU y Podemos ya han anunciado guerra sin cuartel-, y ya se ha previsto iniciar todo tipo de actos explicativos sobre el peligro que corren los derechos sociales y laborales en la Europa comunitaria con los acuerdos que “los neoliberales que dirigen la Comisión están a punto de culminar con Estados Unidos y Canadá”, según han señalado a cuartopoder.es fuentes de Attac en España, una de las organizaciones más activas en contra de estos tratados, tal y como ya informó cuartopoder.es en su momento.

La decisión de la Comisión Europea de rechazar la Iniciativa Europea Ciudadana (IEC) contra el TTIP (Acuerdo Trasatlántico de Libre Comercio e Inversión, Transatlantic Trade and Investment Partnership) con Estados Unidos y el CETA (Acuerdo Económico y Comercial Global, similar acuerdo con Canadá) que se están negociando a puerta cerrada desde el verano de 2013 se adoptó hace apenas unos días, pero después, claro está, de que el luxemburgués Jean-Claude Juncker fuera elegido presidente de la Comisión con el apoyo de la derecha y de una buena parte de la socialdemocracia europea -con la excepción de los eurodiputados del PSOE, por orden de última hora de Pedro Sánchez-.

Es decir, que Juncker y su nueva Comisión proyectan seguir la senda marcada por la Alemania de Angela Merkel en la política económica, y muy especialmente con respecto al TTIP y al CETA, en los términos en los que este periódico informó en su día.

Uno de los objetivos del TTIP y del CETA es abolir los principales obstáculos existentes para aumentar los beneficios empresariales. Por eso, según denuncia a cuartopoder.es Maite Mola, vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea (PIE, formado por 26 partidos miembros y 7 observadores), si, como estaba previsto, el TTIP se firma en 2015 “pondrá en peligro logros democráticos esenciales como normas, reglamentos y estándares sobre la seguridad de los productos alimentarios y de consumo, protección del medio ambiente, biotecnología y gestión de productos químicos tóxicos, servicios financieros y regulación bancaria, regulación soberana de los servicios, términos de patentes farmacéuticas, derechos laborales y democráticos y muchas más áreas de política pública”.

Además, el CETA y el TTIP también contendrán la llamada “solución de controversias entre inversores y Estados” (ISDS) que otorga a las empresas extranjeras el derecho a llevar a los tribunales privados de corporaciones los casos que consideren que reducen el valor de sus inversiones, desafiando directamente las políticas y acciones de los gobiernos nacionales europeos. Un instrumento que anula el sistema judicial en el área económica y privilegia los intereses de corporaciones y mercados financieros, así como la globalización neoliberal.

Por su parte, según recuerdan a cuartopoder.es fuentes de Attac España, estos tratados proporcionarían un poder sin precedentes a las empresas multinacionales y al capital financiero: “Los riesgos serían la pérdida de más de un millón de empleos directos, mayores recortes salariales, una ola de privatización de los servicios públicos y la eliminación de normas ambientales así como un ataque a los derechos de las y los trabajadores”.

STOP al TTIP: una campaña de movilizaciones sin precedentes

Frente a esos tratados que se negocian con el máximo secreto en Bruselas -aunque borradores de los mismos se han conocido por filtraciones desde algunas esferas de ciertos gobiernos-, la Iniciativa Ciudadana Europea era una de las pocas posibilidades para que los ciudadanos tuvieran el derecho formal de presentar peticiones sobre los procesos de toma de decisiones de la UE. La Iniciativa Ciudadana Europea debería recoger por lo menos un millón de firmas de siete o más Estados de la UE para obligar a la Comisión a responder formalmente a su solicitud y realizar una audiencia pública en el Parlamento Europeo.

Ante el temor de la apertura de un proceso de esas características que diera al traste con lo que ahora se negocia en secreto, la Comisión ha decidido rechazar la petición, con lo que ha abocado a las asociaciones, sindicatos y partidos convocantes a preparar un calendario de movilizaciones sin precedentes: “La decisión de la Comisión Europea es escandalosa. Estos tratados comerciales ya se enfrentan a una oposición sin precedentes por su secretismo y opacidad, pero ahora se nos niega incluso el derecho de petición. Lo que muestra el carácter antidemocrático de las instituciones de la UE que solo representan el poder económico y financiero”, según acaba de denunciar la campaña “No al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión“.
Pero esas mismas fuentes añaden: “La oposición y el poder popular no temen al poder corporativo ni a las instituciones de la UE. Vamos a luchar en contra de esta decisión, y vamos a derrotar a estos acuerdos comerciales”. Entre otras cosas, y además de iniciar pese a todo la campaña de firmas a la largo de septiembre, se va a pedir a los representantes de izquierda en todas las instituciones locales, nacionales, europeas e internacionales que participen activamente y presenten iniciativas contra el TTIP y el CETA.

El PIE, además, va a exigir la celebración de referendos en todos los países donde sus respectivas Constituciones prevean dicha posibilidad (debido a los cambios que habría que introducir por la pérdida en derechos sociales y laborales). Aunque en el caso español pinchan en hueso: Rajoy -y Aznar, desde la FAES- ya salieron en defensa del TTIP que se negocia con Estados Unidos. Sin embargo, contra ellos están ya las organizaciones sindicales españolas, con UGT y CCOO al frente, y los eurodiputados españoles de izquierdas, como Lola Sánchez, de Podemos, quien ha afirmado que uno de sus objetivos en el Parlamento Europeo será “frenar” el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión con Estados Unidos (TTIP).

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