martes, 9 de septiembre de 2014

Entrevista a Julio Anguita en Diario Córdoba


IRINA MARZO | DIARIO CÓRDOBA

Cinco percances coronarios y varias anginas de pecho –la última este mes de agosto– no han podido con su arrolladora fuerza dialéctica. Tampoco con su activismo político. A sus 73 años, Julio Anguita promete seguir en la lucha. “Sí, estoy feliz”.

¿Cómo se encuentra?
–Bien, lo único es que he tomado la precaución de levantar el pie del acelerador. Tenía una actividad más intensa de lo que se piensa nadie. Seguiré en la lucha pero más tranquilo.

¿Cómo afronta la vida ahora? ¿Le ha quitado el médico algo?
–Me ha quitado pastillas. Llevo una vida tranquila, como verdura, me levanto temprano, voy al gimnasio, después leo, estudio…

–Su susto coincidió con la noticia sobre el ‘caso Pujol’, donde, por cierto, puede decir alto y claro aquello de “yo ya lo dije”.
–Mi vida política constituye, en cierta medida, una fuente de frustración porque muchas cosas fueron dichas en su época. Por denunciar lo de Pujol no te quiero decir la que me liaron, sufrí un acoso fortísimo. Hay mucha hipocresía en este país. Estas actividades se sabían y las sabía el Gobierno.

–¿Qué le indigna más: la actitud de Pujol o la hipocresía de quienes lo silenciaron?
–Todo, una persona corrupta no está sola, forma parte de un tinglado de financiación de fuerzas políticas. Existió en el PSOE y existe en el PP. Lo reconoció Rajoy con el asunto de Bárcenas. Todo esto hace un país donde el trinconeo , la prebenda y el soborno entre el mundo político y el empresarial, que es responsable, son cosas normales. También hay una parte del pueblo español que está contaminada porque participa deltrinconeo .

–En el 2012 creó Frente Cívico Somos Mayoría, ¿qué balance hace de la plataforma?
–Cuando se lanzó la idea fue como un soufflé , después bajó y ahora empieza a subir poco a poco. Esto no tiene solución y ningún partido lo arregla. Es tan profundo lo malo que tiene que debe ser la mayoría, perdón por la palabra, puteada , la que se levante. Ocurre que esa mayoría está dispersa y Frente Cívico pretendía ser su nexo. Estamos intentando ponernos de acuerdo en un mínimo programático. Tenemos la vocación de organizar un contrapoder, sin afán de protagonismo. Detrás de muchos acontecimientos del último año está Frente Cívico.

–Se me ocurre un fenómeno que ha revolucionado al país.
–Te refieres a Podemos. Cuando se crea el Frente Cívico dijimos que el problema es la mayoría, eso significa que tenemos que conseguir sumar a gente que ha votado al PP. No planteamos el diálogo ideológico, sino algo programático como acabar con la corrupción. Esa idea ha cuajado en una organización que ha irrumpido como un relámpago y ha anidado en un colectivo al que el Gobierno le tiene mucho miedo: profesionales e intelectuales, gente de clase media parada. Tienen la proletarización que la clase media no tenía y los conocimientos. Se han depositado muchas esperanzas en ellos.

–¿Cree que la formación de Pablo Iglesias será capaz de plasmar su discurso en una estructura nacional coherente?
–Creo que lo van a conseguir porque además es necesario. Si no fueran capaces, lo digo cariñosamente, habría que pedirles cuentas.

–Ha defendido la unión de Podemos e IU con un programa común, ¿cree que es posible una candidatura conjunta?
–No solo de ellos, de Equo o Stop Desahucios. El programa es como una partitura y los colectivos son los instrumentos que repiten la melodía. Si alguna vez eso va en una candidatura, perfecto. Lo que tenemos enfrente es poderoso; hay que derrotarlo. No se trata como se decía antes, aunque yo no estaba de acuerdo, vamos a subir para que el PSOE gire a la izquierda. No, vamos a sustituirlos cuando podamos.

–El PCA ha recogido el guante y propone ‘un frente popular’.
–En principio me parece bien, pero desde mi punto de vista debe ser algo más que ir a unas elecciones. Debemos ir unidos en torno a un programa y un discurso comunes; si eso conlleva una candidatura, perfecto. Pero debe ir acompañado de mayor unidad y una voluntad de ampliarlo a la inmensa mayoría del pueblo español.

–¿Solo con formaciones de izquierdas?
–No. Estoy totalmente en contra de un frente de izquierdas, quiero un frente de la inmensa mayoría, de la gente que está dispuesta a acabar con la corrupción, quiere justicia social y trabajo. Hay un personaje de Moliere, creo que en El Avaro , que dice que hablaba en prosa sin saberlo. Uno de los problemas de la izquierda es que va siempre por delante con la insignia. Y ¿no es mejor ir con el programa? Hay políticas que la mayoría de la gente las asumiría, pero con la bandera, no. A mí pocas veces me oyen hablar de comunismo, ni falta que hace. La gente puede hablar en prosa sin saberlo. El método tiene que cambiar.

–Los últimos sondeos en Andalucía bajan a PSOE y PP y sitúan a Podemos por encima de IU.
–Desde mi prevención por las encuestas, tiene lógica. El PSOE ha hecho las mismas políticas que critica; y a IU le lastra el pacto. No obstante creo que estamos a tiempo porque IU tiene historia, solera y cuadros, pero tiene que asumir que el PSOE no va a cambiar: hace lo mismo que el PP sin serlo, de la misma manera que un alfil blanco y uno negro juegan de la misma manera sin ser iguales.

–A los socialistas no les da ni el beneficio de la duda…
–En IU se ha perdido mucha fuerza con este debate interno. Conseguir la unidad de la izquierda con el PSOE es una auténtica quimera. Cuando en el 93 González, que sigue mandando mucho, necesitó a alguien se alió con Pujol.

–¿Son imprescindibles las primarias en los partidos?
–A mí las primarias ni fú, ni fá. Si un partido funciona democráticamente y sus militantes participan, ¿a qué primarias? Las primarias aparecen cuando los partidos se atrofian, se hace el ordeno y mando y las familiasse reparten el chiringuito.

–En IU a nivel regional se optó por las primarias y en Córdoba, el candidato no se eligió así. ¿Qué opina?
–Ya planteé hace años en un documento, No hay lugar para más dilaciones , la necesidad de renovar IU. Se aprobó y se metió en un cajón. No critico a nadie. Está haciendo consideraciones alguien que estando en IU se siente muy libre y está preocupado porque lo que pasa es muy gordo. Lo importante es la unidad de la mayoría para derrotar al adversario y ocupar su puesto. Eso que se llamó el sorpasso y, mira por dónde, Podemos está a punto de darlo.

–¿Alberto Garzón o Pablo Iglesias?
–Son distintos y soy incapaz de inclinarme por uno. Alberto tiene experiencia de organización, conocimientos de Economía y ha conectado con la calle. Pablo tiene una gran capacidad y ha intuido algo que se han perdido los demás: el problema no es de izquierda frente a derecha, es de la mayoría contra la oligarquía económica y política. El mensaje de Pablo no es nuevo, pero en su voz suena fresco.

–¿Le ha sorprendido el ataque furibundo de los partidos clásicos, incluido el PSOE de Alfonso Guerra, hacia Podemos?
–La jauría que los está apuñalando no sabe que le está dando más fuerza. No me sorprende. Este país ha vivido de blufs y este señor al que cita es uno de ellos. De izquierdas no tiene nada.

–¿Por qué ni los casos de corrupción han impulsado la regeneración de los partidos?
–Es imposible que los partidos que se subvencionan irregularmente se regeneren. La política se ha transformado en ganar elecciones y para lograrlo hace falta dinero, mientras eso siga así no podrá conseguirse nada. O hasta que el pueblo que no está contaminado diga basta.

–¿Qué responsabilidad tiene la ciudadanía?
–La corrupción tiene anclajes en el mundo diario y ésta es una sociedad fundamentalmente corrupta. Los valores democráticos nunca han tenido gran fuerza.

–¿Qué siente cuando alguien dice que es “un golpe de Estado” que dos partidos pacten desbancando al alcalde que votó la mayoría”?
–Imagínate que la propuesta de reforma electoral la hubiera hecho Nicolás Maduro, automáticamente las legiones angélicas y arcangélicas habrían dicho: golpe de Estado. Una persona puede tener la mayoría de votos, pero son mayoría los que no le han votado. Y esos, ¿por qué no van a poder hacer alianzas?

–Con la abdicación del Rey, ¿se ha perdido una oportunidad?
–Paradójicamente tenemos un país que tiene dos reyes y dos reinas, el summum de la casposidad. La abdicación de Juan Carlos le fue impuesta y la tuvo que aceptar. El poder sabe que tiene que haber un consenso entre los dos partidos y lo ha habido. Para ello conviene la figura de un Rey alto y guapo, que cumpla ahora el papel que cumplió su padre en la transición. Por cuestión de Estado pactarán como lo han hecho en Alemania. El pueblo se lo ha tragado, ha creído que el pobre monarca estaba cansado de trabajar por España.

–¿Qué valoración hace del pacto de PSOE e IU en la Junta?
–Creo que se ha transigido mucho con el tema de la Corrala y ahora hay un momento decisivo con los presupuestos, se verá si se aprueban o no.

–¿Debería exigir IU una comisión de investigación sobre los cursos de formación?
–IU es la formación que más comisiones ha pedido en la historia. No entiendo por qué no.

–¿Cree que Nieto está siendo un buen alcalde?
–Creo que es un hombre de partido, que está aplicando las políticas de su partido. Estoy en desacuerdo con lo que ha hecho en Rey Heredia y creo que va a pagar el sostenella y no enmendalla . Los acampados tienen la razón y, si medimos todo por la legalidad, empecemos con los ediles deudores a las arcas públicas.

–Hablando de deudores, ¿piensa que el fenómeno Rafael Gómez está amortizado?
–Ese fenómeno es producto de la crisis, de que los partidos no hayan estado a la altura y hayan practicado discursos ambivalentes, diciéndole siempre a la gente que sí. Potenciando ese cordobesismo , que no sabe nada absolutamente de Córdoba, ni de su historia ni de su cultura, y que se sustenta en cuatro tópicos.

–¿Le duele más que haya sido IU quien haya cultivado eso?
–Duele que esas cosas se hayan constituido durante un tiempo como el emblema municipal, pero por razones obvias quiero pasar de puntillas por ellas. El contacto con el pueblo no es un contacto de peroles, es un contacto de asambleas. Lo otro podrá ser campechanería, pero no es democracia.

–¿Oye el pulso de Córdoba?
–El pulso de Córdoba es muy difícil de tomar. Me sorprendió, por ejemplo, con las cajas de ahorros. ¿Que había que democratizar la caja y acabar con el oligopolio de un señor? De acuerdo. Pero fue el ahorro popular el que se llevó la gran banca. ¿Viste protestar a algún cordobita ? Ninguno.

–A lo mejor le parece obvio, pero ¿de quién es la Mezquita.
–Lo de la Mezquita no tiene nombre ni apellido. Es un robo. Eso sí, legal, en la medida en que Aznar les dio la facultad de que pudieran inmatricular los ordinarios de la diócesis. Eso no me escandaliza tanto, porque otro gobierno cambiará las cosas y volverá a ser pública y punto. Lo que me preocupa es que los cordobesistas tan amantes de la Mezquita se hayan callado. La indolencia está siendo cultivada.

–Por último, ¿cuál es su ‘handicap’ en el dominó?
–A partir de la tercera partida desconecto. Me gusta, pero no lo elevo a categoría de noble arte. Es un juego de fanfarrones.

–¿Fichazos pega?
–No, eso es mala educación.

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