miércoles, 26 de febrero de 2014

LA RESPONSABILIDAD DE LA IZQUIERDA


Miguel Luis Jiménez
Mesa Estatal FCSM

Tras  la publicación de los últimos resultados de la encuesta del CIS (Enero 2014), podemos observar como  el PP baja dos puntos más desde el último barómetro hasta situarse en el 32,1%, hay que remontarse a los años 80’s para encontrar unos resultados similares. Mientras, el PSOE, sigue en caída libre retrocediendo algunas décimas más, hasta colocarse en su nivel más bajo de intención de voto de toda la serie histórica, 26,6%. Por otro lado, IU se mantiene en el 11,3%, mientras que la única fuerza política que experimenta un avance significativo es UPyD que consigue su mejor cifra con un 9,2%.

Sin embargo, estos datos han sufrido un tratamiento estadístico, tal y como admite el CIS en el documento publicado y no son los datos directos de las respuestas de las personas encuestadas. Si nos vamos a esos datos, los resultados son demoledores para los dos principales partidos políticos del país.

Como podemos observar en el gráfico adjunto, el bipartidismo se encuentra ya totalmente desbordado ya que PP y PSOE solo serían votados por el 22,6% de las personas encuestadas. Sin embargo, esta caída tan acusada en los dos principales partidos no se traduce en un aumento proporcional de los llamados partidos minoritarios, que mejoran sus resultados pero de una manera muy limitada. Así, IU se va al 7,1% y UPyD se queda en el 4,6%. El desplome de PP y PSOE ha terminado yéndose al voto en blanco, la abstención y los indecisos que suponen un demoledor 53.4% de los encuestados.



Sin embargo, lo más interesante es ver como han evolucionado estos datos desde las últimas elecciones al parlamento.  Sobre estas líneas se aprecia como los dos principales partidos han sufrido un descalabro en intención de voto sin paliativos, perdiendo el PP 19.7 puntos porcentuales pasa del 30.5% al 10.8%. El PSOE pierde 6,4 puntos pasando del 18.2% al 11.8%.

Esta sangría de votos no son recogidos en esta evolución por los partidos minoritarios sino que terminan engrosando las listas del voto en blanco (que se duplica) y la abstención. La suma de ambos elementos  pasa del 17% al 32.2%, un aumento de 15.2 puntos porcentuales. Es en este nicho donde se encuentra la mayoría del electorado del país que junto con los indecisos (21.1%) engloban al 53.3% del electorado.


La conclusión más importante que creo, debemos extraer de estos datos es que la gran mayoría de la población con derecho a voto se muestra desilusionada y no encuentra en los partidos políticos y las elecciones la respuesta a sus problemas del día a día. 

El elevado grado de desafección que la mayoría de la población se muestra en la perdida de votantes que sufren los dos grandes partidos que no es recogida sustancialmente por los llamados partidos minoritarios.

Como segunda gran conclusión vemos que el bipartidismo se ha disuelto y nos movemos hacia un nuevo escenario donde es de prever la irrupción  nuevos  partidos políticos que serán, en todo caso, minoritarios. Es decir, andamos hacia un parlamento a la Griega, con multitud de pequeñas formaciones políticas donde solo una coalición de partidos serán capaces de conformar gobierno. Este escenario es el que ya están preparando PP y PSOE para conformar en un futuro próximo una “gran coalición” al estilo Alemán donde podrían entrar alguno de los socios de gobierno tradicionales como son CIU, PNV o UPyD. Todo dependerá de lo importante del retroceso de PP y PSOE.

En este escenario IU se encuentra encantada ya que mejora sus resultados electorales pero de una forma tan exigua (1.2 puntos porcentuales) que debería hacer reflexionar a sus dirigentes de por qué no rescatan más votantes del 6.4% que pierde el PSOE o del voto en blanco y la abstención (32.2%).
Estratégicamente, la izquierda debería comprender que ninguno de los partidos que pueden considerarse de izquierdas en el parlamento ni otros que pudieran conseguir escaño en las próximas elecciones van a poder contra-restar el núcleo de poder que van a seguir suponiendo los partidos PP-PSOE y sus aliados tradicionales (CIU, PNV, UPyD). 

Solo un pacto político de toda la izquierda con el único objetivo de abrir en este país un nuevo proceso constituyente puede tener el suficiente peso como sujeto político para crear un contrapoder suficiente para frenar esta espiral de locura neoliberal en la que nos encontramos. La izquierda debe hacer memoria y recordar que algo similar ya se dio en el pasado, los pactos de San Sebastián, que pusieron el fin de la monarquía de Alfonso XIII y permitieron la llegada de la 2ª República. Solo teniendo una visión amplia no mermada por estrechos cálculos electorales, este país, tiene una esperanza de futuro. Solo “La Izquierda” puede transitar por este camino como ya hiciera en otro tiempo pero en la misma España.

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