Terminamos la semana con una historia de lucha ciudadana que demuestra
día a día cómo un antiguo colegio abandonado puede reunir, concentrar y
convertirse en la sede de más de 65 asociaciones y ong’s, además de
dinamizar un barrio estigmatizado a partir de las actividades que
alberga. Los niños asisten a clases de apoyo o de inglés, los córdobeses
están nutriendo una biblioteca espaciosa que otros ciudadanos cuidan
catalogando libros, ha resurgido una radio que ahora se llama radio
dignidad y en la que participan los ciudadanos con tertulias
variopintas, hay una ludoteca para los más peques pero también un
comedor que invita a involucrarse en un proyecto solidario y colectivo
que los cordobeses llevan reivindicando oficialmente desde hace años.
Pero durante todo ese tiempo las instituciones estuvieron mareando la
perdiz sin dar respuesta hasta que el pasado 4 de octubre dijeron basta y
ocuparon el espacio.
Día a día se hacen más fuertes porque han pintado y adecentado el
colegio y el movimiento es constante. De momento ya son 25 profesores
los que se han involucrado de forma totalemente desinteresada y se han
organizado en turnos para atender a la demanda que crece y crece porque
son muchas las familias que no pueden costearselo. Aquí, en un día,
entran y salen unas 150 personas para participar de alguna actividad o
simplemente para echar una mano en lo que haga falta. La mayoría son
personas trabajadoras que tras su jornada se acercan hasta aquí porque
les ilusiona este proyecto, así me lo han contado.
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