La experiencia diaria nos demuestra que, independientemente de la
adscripción ideológica, política, sindical o profesional de cada uno y
de cada una, somos mayoría quienes coincidimos en señalar y
comentar una serie de evidencias que el sentido común más a ras de
tierra no tiene por menos que reconocer como verdaderas e indiscutibles.
A título de apretado resumen veamos algunas de ellas:
1. Somos mayoría quienes empezamos a vislumbrar que esta
situación no tiene remedio con las medidas que -con la excusa de la UE y
los mercados- el poder económico-financiero está imponiendo. La deuda
de las familias, la banca, las empresas y el Estado (con sus tres
administraciones) es la siguiente:
Deuda del Estado ……………………….… 600.000 millones de euros
Deuda de las familias a los bancos……………. 1 billón de euros
Deuda de las empresas a los bancos………….. 1´3 billones de euros
Deuda de la banca al BCE y otros…………… 200.000 millones aproximadamente
Esta cantidad es impagable y lo es porque debido a
la política de recortes y reformas del mercado laboral añadidas a la
crisis, han producido una depresión que no da señales de acabar; muy al
contrario, parece que va a continuar sin saber hasta cuando. Y a pesar
de ello cada día hay una subasta de títulos, bonos y pagarés a creciente
interés y con una prima de riesgo disparada, el Estado interviene y
nacionaliza las pérdidas de los bancos quebrados con la confesada
intención de devolverlos al sector privado una vez saneados.
La ayuda de la UE a los bancos está avalada por el Estado y en
consecuencia éste asume, como garante último, la devolución del
préstamo. Los recortes a las condiciones de vida de la ciudadanía
continúan en una clara transgresión, no sólo de la solemne Declaración
de DDHH de la ONU sino -incluso- de los Títulos Preliminar y VII de la
vigente Constitución Española. No hace un año todavía la Constitución ha
sido modificada en su artículo 135 a fin de que la deuda tenga
preferencia de pago sobre cualquier otro gasto público. El llamado
Estado de Derecho ya no es tal. Paralelo al Estado y sus
administraciones, existe otro que informa el impulso de la acción
política; un doble Estado formado por mafias, redes clientelares,
intereses espurios, grupos de presión y alguna que otra alcantarilla. La
situación es todavía susceptible de empeorar si no se ataja esta
política.
2. Somos mayoría quienes padecemos en nuestra propia
situación, en la del entorno familiar, en la del vecinal o en el de
nuestras amistades, el problema lacerante del paro, la precariedad, o
las mil y una formas de degradar el ejercicio del trabajo. Y si a la
cifra millonaria de parados y mal contratados le añadimos la evidencia
de que los poderes públicos sólo plantean escapistas fórmulas
consistentes en esperar una - cada vez más hipotética- recuperación que
traiga “el crecimiento y la creación de empleo”, tendremos el cuadro de
una situación sin esperanza, sin proyecto y sin calendario alguno. Así
el discurso oficial (que es el del Gobierno pero también el de otros)
alaba la flexibilidad en los despidos, la ruptura de los convenios o la
trata de casi esclavos como una medida necesaria para crear empleo. De
la misma manera se afirma que los recortes en sanidad ayudan a una mejor
asistencia sanitaria y los recortes en educación producen una mayor
calidad de la misma. Y en resumen, el discurso del absurdo, del cinismo y
del aventurerismo conceptual y lingüístico que ha raptado a la razón,
la lógica y hasta el más llano sentido común. Pero lo que constituye el
mayor agravio para los que en estas circunstancias todavía tienen un
puesto de trabajo, es oír como el mismo no es un derecho constitucional
sino un privilegio.
3. Somos mayoría quienes padecemos en nuestras carnes -o en las
de infinidad de familias- la pérdida de horizonte, de futuro y de
expectativas para la juventud española. Hace años el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas le encargó a James Petras, sociólogo
norteamericano y catedrático de varias universidades estadounidenses, la
elaboración de un estudio sobre las perspectivas de trabajo para los
jóvenes de España. Petras entregó el trabajo en 1996, le pagaron y
archivaron los estudios encargados. En aquellos documentos, que hoy
están al alcance de cualquiera que quiera entrar en la red, el profesor
Petras lanzaba el aviso de que ya estábamos ante las primeras
generaciones que iban a vivir peor que sus padres. ¿Qué se hizo para
evitar este drama? ¿Han reparado algunos “patriotas” en que cuando la
juventud de un país sólo tiene como horizonte la emigración (para
titulados) o la prolongación sine die de la tutela familiar, ese país
deja de existir? ¿Qué padre o madre no estarían dispuestos, junto con
sus hijos, a hacer algo efectivo para evitar este holocausto
generacional?
4. Somos mayoría quienes presenciamos con asombro y escándalo que
la corrupción se ha transformado en el hábitat cotidiano de nuestra
existencia. Una corrupción que atraviesa los tres Poderes del Estado y
llega hasta las más altas magistraturas del mismo. Financiaciones
irregulares, negocios más que turbios, sobornos, tráfico de influencias,
despilfarro del dinero público en obras faraónicas e inservibles,
compra de material bélico, impagable y también inservible para los fines
que se le atribuyen, sueldos de escándalo, trato de favor desde los
poderes públicos a delincuentes convictos, desviación o paralización de
la acción de la Justicia sobre presuntos delincuentes, uso torticero de
los caudales públicos en beneficio de operaciones clientelares, etc.
etc. etc. Pero la mayor de las corrupciones estriba en la concepción que
se ha ido abriendo paso como consecuencia de estos desmanes: para una
parte de la población el dinero público no es de nadie sino de quien se
atreve a dilapidarlo, robarlo o malversarlo. El escándalo mayor no son
sólo los delitos económicos en sí mismos sino también la indiferencia
generalizada, la tolerancia social, la complicidad anímica con que son
recibidos. A lo más, un chiste, una broma o un comentario jocoso.
5. Somos mayoría quienes vivimos en una auténtica inversión
de valores sociales. La economía basada en la creación de mercancías,
bienes y servicios, la laboriosidad, la ética cívica, el rigor en los
conceptos y palabras, el uso productivo del ahorro ciudadano, el respeto
al ámbito legal en la contratación, remuneración y previsión de futuro
de los asalariados, ha sido sustituido por la economía del pelotazo, el
negocio fácil, el tente mientras cobro, los contratos basura, la
segregación laboral según el sexo y la situación de embarazo en el caso
de las mujeres, la amenaza de despido como herramienta omnipresente en
las relaciones laborales, las promesas de inversiones fáciles y
lucrativas que han desembocado en estafas hechas a los ahorros de capas
populares y medias; y en general toda una amplia gama de contravalores
basados en el individualismo, el consumismo y un hedonismo cutre.
La filosofía basada en el negocio fácil, rápido y de alta
rentabilidad se ha constituido en la médula de informes y programas
económicos de la “modernidad y las altas finanzas”. Ha llegado a la
Universidad y presidido sus reformas y adaptaciones al mercado y su
cuerno de la abundancia; ha subvertido los valores de estudio, esfuerzo,
tesón y dedicación inherentes a la actividad educativa; una actividad
en la que lo importante son los gráficos, las estadísticas y el panel
sobre el que se desarrollan las mentiras que obvian situaciones
familiares, profesionales de los docentes y del sistema educativo en
general. En la mentalidad media de alumnos y familias se ha instalado el
conformismo evidenciado en la pregunta ¿estudiar para qué?
6. Somos mayoría quienes comprobamos cada día cómo la
Constitución, los textos legales y demás documentos internacionales de
obligado cumplimiento son vulnerados, incumplidos, marginados y
falsificados en su aplicación. La Política, instrumento y ejercicio de
servir a la mayoría social ha devenido (con contadas excepciones) en una
eterna campaña electoral en la que promesas, propuestas y proyectos son
olvidados con la misma ligereza, frivolidad y descaro con que fueron
hechos en los tiempos anteriores a la cita con las urnas. De ser un
campo donde hay una confrontación de programas, ideas, valores y
ejercicio consecuente del ejemplo, la Política ha devenido en la pugna
por ser protagonista en el escenario de las instituciones pero sin
cambiar la obra que se representa; es un relevo en el cuadro de actores
sin que jamás cambie el libreto. Y cuando se les interpela por este
combate amañado, la respuesta es decepcionante: son los mercados, las
finanzas, la UE, la comunidad internacional, etc. Las preguntas surgen
espontáneas ¿Por qué hay elecciones entonces? ¿Elegimos a un poder
democrático o solamente a un zascandil correveidile?
La Democracia es traicionada en nombre de ella misma. El que
todavía conste en el artículo 1.2 de la Constitución que la soberanía
nacional reside en el pueblo español es un hiriente sarcasmo. Si tomamos
como referencia el texto constitucional vigente, caeremos en la cuenta
de que vivimos un Estado de Excepción económico, social, político y
ético. Ante nosotros se está desarrollando un Golpe de Estado incruento y
a cámara lenta.
Esta situación que acabo de describir someramente es desagradable, pero desde luego es real y como tal la siente la mayoría. Otra cosa es cómo reacciona esa mayoría.
A ella me dirijo para manifestarle algunas de las conclusiones a las
que he llegado tras haber meditado sobre estos momentos concretos:
1. No hay fuerza política alguna que en solitario y en el
ámbito específico y único de su actividad, sea capaz de asumir la tarea
de poner fin a esta situación y además proponga una propuesta
alternativa en el marco del derecho y la Constitución. La experiencia de
los últimos años nos lo muestra. Y no la hay porque algunas ya han
gobernado en balde y otras carecen del respaldo necesario para ello.
2. No hay fuerza sindical que sea capaz de representar a este inmenso colectivo que constituye la mayoría.
3. No existe ningún economista o colectivo de ellos que a
palo seco y con sus ecuaciones, estadísticas y teorías, sea capaz, desde
la pizarra, de plantear una salida viable y en positivo a este
desconcierto.
4. Estas afirmaciones las hago desde mi convicción de que las
fuerzas políticas y sindicales son necesarias, cumplen un rol,
aglutinan ideologías (yo mismo milito en el PCE e IU) pero en este
momento y en virtud de un proceso histórico que comenzó en la
Transición, están ante una tarea que les desborda.
5. Las consecuencias son obvias: sólo un Frente Cívico, una
mayoría ciudadana organizada en torno a soluciones concretas es capaz de
crear la fuerza necesaria para
colocarla en la balanza del poder en contraposición a otros poderes
económicos, y sociales que siendo muy minoritarios, detentan en
exclusiva el ejercicio del Poder.
¿En que situación está la mayoría social?
La tremenda paradoja, la inquietante contradicción consiste en
comparar la gravedad de la situación y la ausencia de sujeto social
capaz de abordarla y superarla. Se necesita un soporte cívico
democrático, de valores alternativos, firme, con voluntad de acometer el
proceso de saneamiento económico, político y ético que la realidad
demanda; y sin embargo esa fuerza no existe por ahora; existe en
potencia pero no en acto.
La mayoría no tiene más homogeneidad que su condición de
dominada ayer, hoy y si no lo remediamos, mañana también. Pero apenas
hay algo más que la haga consciente de que es mayoría y puede
ejercerla. En ella hay colectivos y personas que luchan como pueden
contra esta situación; y lo hacen desde distintos supuestos, compromisos
y proyectos de futuro. En esta mayoría viven multitud de
personas que limitan su participación cívica a cada acontecimiento
electoral y poco más allá. Pero además hay un número amplio de
indiferentes a cualquier proyecto de acción cívica y que con resignación
consciente o tácita asumen como inevitable los que les ocurre; No
faltan tampoco quienes asumen con conciencia de culpa el discurso del
poder económico y político que generalizando plantea que “hemos vivido
por encima de nuestras posibilidades”. Es la aceptación del discurso del
dominante por parte del dominado. Es la represión perfecta: la víctima
hace suyos el discurso y los valores del victimario.
En esta situación de resignación cultivada por el poder, de carencia de futuro y de anomia generalizada me dirijo a la mayoría,
en mi exclusivo nombre, desde mi libertad y desde la convicción de que,
si ahora no se lucha, nuestros hijos y nietos no tendrán futuro, ni
país, ni tampoco se tendrán a ellos mismos. En consecuencia, hago una Convocatoria.
¿A quién?
A la ciudadanía harta de corrupción, de injusticias, de frivolidad
política, de una práctica económica basada en la depredación del propio
país, en la desertización de la industria, en la vuelta a unas
relaciones laborales del siglo XIX y sin otro proyecto que no sea
esquilmar más aún si cabe a esa mayoría.
A los militantes de fuerzas políticas y sindicales para que, a
título personal, se incorporen al proyecto que este documento expone.
A plataformas, movimientos, colectivos y en general a todo grupo
organizado que esté dispuesto a cambiar las cosas en el sentido de la
justicia, la democracia profunda y el vivir en armonía con el entorno
social, medioambiental y cívico.
A los hombres y mujeres de la Ciencia, la Técnica, la Economía, la
Investigación, el Derecho, la Educación, la Sanidad y la Cultura para
que, en paridad con los demás, aporten sus conocimientos, sus
experiencias y su capacidad de analizar, sistematizar y exponer. Sin el
saber no hay más proyecto que la barbarie institucionalizada.
¿Para qué?
El objetivo de la convocatoria es doble:
1. Que la mayoría social, por su propio impulso, por su
propia voluntad y por su creciente toma de conciencia devenga en un
Frente Cívico que teniéndose a sí mismo como referente, abra paso a una
situación de plenos derechos económicos y políticos junto con unas
relaciones personales y sociales fundamentadas en la ética cívica. Un
Frente Cívico que tenga como protagonista al ciudadano y a la ciudadana;
es decir a las personas conscientes de que sus deberes son los derechos
de los demás y viceversa.
2. Constituir un referente de poder ciudadano que induzca de manera creciente a los poderes públicos a legislar y gobernar en beneficio exclusivo de la mayoría.
El proceso que conduce a estos dos objetivos pudiéramos considerarlo como un proceso constituyente de la mayoría social constituida como tal.
¿Cómo?
Permítanme, aún a riesgo de alargarme, que les exponga un símil.
Imaginen que estamos ante un gigantesco mapa de España totalmente en
blanco. Si por cada persona con voluntad de luchar o por cada
organización, colectivo o asociación de cualquier índole ponemos un
alfiler en el mapa, estaríamos ante un gigantesco acerico, pero nada
más. Sería como una yuxtaposición de yos pero sin
estructura alguna. Imaginen que con paciencia y un lápiz, vamos uniendo
entre sí a todos los alfileres clavados en el mapa. Al terminar surgirá
ante nosotros una red, un tejido, una estructura. Los yos han dado paso al nosotros.
¿Qué tipo de cemento social, qué tipo de propuesta qué tipo de
ideario es capaz de producir en los integrantes, dispersos y aislados de
la mayoría, la asunción del nosotros, la mayoría? La respuesta es obvia: un Programa, una propuesta concreta, un objetivo, en principio cercano y necesario. Especifico las características que le atribuyo al mismo:
1. Concreto, inmediato, acorde con las necesidades más perentorias y urgentes de los más desfavorecidos de la mayoría.
2. Aplicable de inmediato como garantía, prenda y estímulo de la alianza que se pretende.
3. Perfectamente factible, desarrollable y legal por
inspirarse en el texto constitucional vigente. Ruego a los lectores que
mediten un momento sobre los contenidos de los Títulos Preliminar y II
de la vigente Constitución. El inicio de un programa debe insertarse en
la legalidad vigente; el futuro ya irá produciendo sus contradicciones.
Por otra parte, el programa debe ser capaz de generar la fuerza social
que democráticamente lo haga cumplir.
4. Un programa en el que cada medida, por simple que
parezca, lleve en su formulación la exigencia de un paso siguiente, de
una propuesta inmediatamente posterior, que permite su realización.
5. Un programa que por su lógica interna hace
imprescindibles los apoyos mayoritarios y la formación de conciencia
colectiva tanto para su defensa como para su implantación.
6. Elaborado colectivamente. El autor de estas líneas tiene
una amplia experiencia de cómo esto es posible si los que más puedan
aportar son conscientes de que la velocidad de un convoy es la de su
último elemento.
7. La elaboración colectiva consigue, en un determinado nivel de su
desarrollo, ir ganando en complejidad, accesibilidad, interés y
participación.
8. Que con el tiempo y/o la coyuntura, termine siendo una Alternativa fundamentada, pueda superar el marco actual de relaciones, equilibrios e incluso forma de Estado.
9. Un programa que por su incidencia en la actualidad, atraiga
inmediatamente los apoyos necesarios no sólo para su elaboración sino
para una movilización ciudadana consecuente, seria, decisiva y
decisoria.
10. Si en cada localidad, personas, colectivos y grupos se
unen a los demás para elaborar conjuntamente, convocar a la ciudadanía,
movilizar, salir a la opinión pública y en general crear una estructura reticular, la mayoría comenzará el proceso de su toma de conciencia.
11. En todo el proceso hay que prevenir que nos asalte el mal de nuestros tiempos: la prisa.
Este proyecto -si quiere construirse con musculatura y solidez- debe
rehuir la tentación de cotizar permanentemente en la bolsa mediática. El
arranque de los trabajos será en muchos casos súbito y arrollador; sin
embargo hay que saber moderar el tiempo. La Política, la consolidación
de proyectos sociales con peso e influencia, no pueden ser flor de dos
telediarios; el silencio y la discreción programados ayudan a crecer.
Tiempo, constancia, voluntad y conciencia de lo que se quiere son,
incluso en esta época de novedades permanentes, la única garantía de
proyectos serios.
Al final de este documento y como ponencia para iniciar los
trabajos, incorporaré una propuesta de de diez puntos que ya en otras
ocasiones he presentado.
Cuestiones de estructura organizativa.
En estos días mi teléfono personal y las entradas al blog del
colectivo Prometeo han superado las cotas más impensables. Las personas
se ponen a mi disposición esperando quizás que se les ubique en una
tarea, responsabilidad o misión. Por realismo (en mí esa palabra nunca
ha significado claudicación) debo informar de la situación.
Yo habría podido dirigirme al PCE o a IU demandando
infraestructuras, canales organizativos y ayudas de cualquier tipo; no
lo he hecho. Mi concepción de este proyecto se basa en la total
independencia de cualquier tipo de organización. El precio a pagar por
ello, como el de la Libertad o el de la Dignidad, incluye la precariedad
de medios, instrumentos y capacidades organizativas. En los momentos en
los que redacto, sólo tenemos el blog (con el permiso de los compañeros
de Prometeo), la
promesa de determinados colectivos de ponerse en marcha inmediatamente y
mi voluntad de que esto avance, se consolide y produzca un giro total
en la vida española.
Sin embargo, y como propuesta, avanzo algunas ideas organizativas que mi
experiencia en la elaboración colectiva de otras épocas se han
constatado como correctas, prácticas, flexibles y muy democráticas:
1. Creo que la organización por incipiente que sea debe atenerse a
una estructura geográfica de comarcas, provincias, comunidades y Estado
español
2. Lo que articula el funcionamiento es la elaboración, discusión y explicación del programa.
3. En cada lugar, en cada nivel o en cada área de especialización
temática el funcionamiento debe ser abierto pero centrado en la
concreción de la propuesta que se trate.
4. Todo lo demás depende del trabajo voluntario y libremente
aceptado. No tenemos más que una voluntad firme para que este horror
acabe y nuestros y nietos tengan algo en lo que enraizarse y vivir.
5. Aquí no hay prebendas, cargos, honores o distinciones, Aquí solamente hay trabajo, ilusión y deseo de ser útiles.
6. Con el paso de los días, tal vez un mes o dos, desde la
estructura de coordinación que tengamos, informaremos de la marcha de
los trabajos.
7. La elaboración de programa no es un laboratorio de ideas,
propuestas y proyectos sino también un centro de movilización para
difundir, defender y ganar adeptos al trabajo. Por supuesto que en la
medida que esto cuaje deberemos, con inteligencia, usar del poder que
tengamos para influir en la marcha de las cosas.
El Referente
Como es sabido, en Sabadell me ofrecí como referente para este
proyecto. Quiero que mis palabras queden nítidas y en consecuencia
eviten interpretaciones sesgadas y basadas en hipótesis hijas de la
falta de claridad.
Un referente es aquella persona que por su proyección social o
mediática puede, en un determinado momento, simbolizar el proyecto
siquiera en sus inicios. En mi caso esa proyección ha sido consecuencia
de una acción pública en el pasado y el presente. Ya no hay más.
Si este proyecto arranca, se consolida y crece, el referente será
el proyecto mismo, otros hombres y otras mujeres. Me habré ganado el
descanso.
No seré cargo público o tendré presencia en la vida institucional.
Son tres las razones: mi edad, mi salud y la verdad de que nunca
segundas partes fueron buenas.
En esta etapa inicial seré la referencia pública para explicar el
proyecto, defenderlo, impulsarlo y trabajar en él y todo ello a expensas
de las decisiones que se tomen por el propio proyecto cuando este se
consolide y tenga órganos de coordinación. Ello me supondrá un esfuerzo y
una dedicación que en absoluto puede consistir en ir de la ceca a la
meca como espectáculo mediático para ganar audiencias o confortar
egos.
Actos públicos los justos y bien dosificados. Estas son las
condiciones de mi contrato. A trabajar, organizar, luchar y consolidar
la mayoría. Un abrazo fraternal.
Programa- ponencia para iniciar los debates y la elaboración colectiva.
Nota.- El presente listado de propuestas no tiene
otro objetivo que servir de materia concreta para el inicio del debate y
la elaboración a llevar a los otros y en su momento a la opinión
pública. Cuando se redactó se tuvieron presentes las características que
sobre el Programa he escrito antes. Insisto que sólo es un material
para comenzar.
1. Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 1.000 euros al mes. Esta
cantidad es exactamente el 72% de la media de los seis países de la UE
que lo tienen más alto: Luxemburgo (1610 euros), Irlanda (1.462 euros),
Holanda (1.357 euros), Bélgica (1336 euros), Francia (1321 euros), Gran
Bretaña (1.148 euros)
2. Ninguna pensión por debajo del SMI.
3. Extensión y ampliación de la prestación por desempleo. Todo lo
anterior puede servir también para abordar con presupuestos concretos la
posibilidad de la Renta Básica.
4. Reforma Fiscal: progresividad, persecución del fraude fiscal, la
economía sumergida y los paraísos fiscales. Revisión de la legislación
sobre las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV). Dotar de
infraestructuras de todo tipo a la Inspección de Fiscal de la Hacienda
Pública.
5. Banca pública como corolario de la nacionalización de la banca privada y las cajas de ahorros.
6. Nacionalización de los sectores estratégicos de la economía. Ley sobre la Obsolescencia programada.
7. Desarrollo de los contenidos de los Títulos Preliminar y VII de la Constitución.
8. Control y democratización de los canales de distribución y comercialización del sector primario de la economía a fin de evitar situaciones de oligopolio que inciden negativamente sobre los precios pagados a los productores y sobre los precios pagados por los consumidores.
9. Efectiva separación entre las iglesias y el Estado.
10. Reforma del Sistema Electoral en el sentido de implantar otro proporcional, con las CCAA como circunscripción y un colegio nacional de restos
7. Desarrollo de los contenidos de los Títulos Preliminar y VII de la Constitución.
8. Control y democratización de los canales de distribución y comercialización del sector primario de la economía a fin de evitar situaciones de oligopolio que inciden negativamente sobre los precios pagados a los productores y sobre los precios pagados por los consumidores.
9. Efectiva separación entre las iglesias y el Estado.
10. Reforma del Sistema Electoral en el sentido de implantar otro proporcional, con las CCAA como circunscripción y un colegio nacional de restos
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